
~Sinners~

Nombre: Hyancinth
Avatar: Tatiana Maslany
Enfermedad Psicológica: Piromanía
Historia: Hyancinth, hija de empresario y una profesora de universidad. Lo tenía todo, era la hija pequeña del matrimonio y por lo tanto sus hermanas mayores la tenían como la consentida, a la que todo se lo daban. Para sus padres era la pequeña estrella, la que todo hacía bien, sabia tocar la guitarra, el piano, el violín y el violonchelo con solo 8 años y sus padres ya pensaban que sería la más famosa de las artistas. Pero ella tenía otras ideas en cuanto a su futuro se refería y no las compartiría con nadie.
Desde hacía un tiempo, en clase de ciencias les habían dicho que pronto usarían el fuego para ciertos experimentos y ese día había llegado, desde un principio, Hyancinth fue la encargada de utilizar el mechero y otros componentes químicos que podrían dañar a alguien, puesto que para todos, ella siempre sería la más responsable... Pero algo pasó, un compañero usó un ingrediente muy inflamable y todo comenzó a arder en aquel pequeño laboratorio y ella no sabría decir con certeza si fue la sensación de calma que notó cuando todo comenzó a arder o la adrenalina que sintió en un primer momento, cuando acercaba el mechero a aquel ingrediente, el cual ella sabía que era inflamable. Algo había cambiado en ella.
Aquel “accidente” no había provocado ninguna víctima, y para los profesores, fue culpa del grupo con el cual Hyancinth trabajaba, pero no de ella, puesto que ella se suponía que no sabía nada acerca de aquel objeto, pero que sí había escuchado las risas de sus compañeros cuando ella acercaba el mechero. Una confesión la cual la volvía completamente inocente.
—Le puedo asegurar, señor director, que aquel ingrediente no estaba siquiera en la lista, así que, no había podido ser revisado con anterioridad ni por mí ni por ningún adulto presente... Creo que mis compañeros lo introdujeron en la práctica sabiendo que yo estaría más preocupada en no estropear nada, puesto que me sabía los ingredientes de memoria, y era idéntico a otro, con otros materiales claro está... —Hyancinth estaba sentada, muy estirada en la silla, contándole su versión de los hechos, ¿qué habría podido hacer de malo una niña de 12 años? Y más ella, la niña perfecta que no había hecho nada malo nunca.
Obviamente, Hyancinth quedó como inocente dentro del incendio que había destruido la mitad de las instalaciones por no poder apagarlo a tiempo. Por esa razón, la niña fue cambiada a otra institución, la más prestigiosa del país, en la cual ella estaría libre de todo problema, ¿no?
Durante la estancia de Hyancinth en ese lugar, sus “compañeros” habían provocado 14 incendios, 12 fogatas en mitad de la noche con las cuales los alumnos corrían el riesgo de morir incendiados y 20 intentos de incendiar a un profesor, de los cuales, nunca se había inculpado a la pobre niña inocente, ya no tan niña. La realidad era, que en sus 6 años en aquel lugar y todos esos numerosos ataques habían sido obra suya, pero por alguna razón u otra, ella siempre quedaba impune ante todo.
Habiendo acabado sus estudios ingresó en la facultad de medicina y en esta, nuevamente ocurrían sucesos en los cuales el fuego siempre estaba relacionado. Hyancinth jamás fue inculpada, en ningún caso. La mente de la joven no era como la de todos, ella sentía un inmenso placer al ver como una simple hoja de papel ardía, al escuchar el crepitar del fuego en una fogata o chimenea...
La navidad había llegado y con esta el cumpleaños número 20 de Hyancinth, había vuelto a casa, tras 2 años sin ver a sus padres por sus estudios, todo transcurría en completa normalidad junto a su familia pero algo pasó;
—Bueno, pues yo estoy licenciada en psicología —comentó una de sus hermanas mayores, a la cual ella tenía un profundo cariño cuando apenas era una niña, pero que ahora la parecía una persona más, del montón.
—Yo, la verdad, no pude terminar los estudios, me resultaba muy duro, y más teniendo que cuidar de mi hijo... —en aquel momento, Hyancinth se atragantó con su bebida, mientras se reía, le parecía tan patética la vida de sus hermanas mayores.
—No he visto seres humanos tan patéticos como vosotras y tú Christal —ella era la que había quedado embarazada demasiado joven, por lo que no pudo terminar lo estudios— eres la más patética de las dos, eres tan inepta que no pudiste mantener las piernas cerradas, al menos hasta graduarte y ahora debes cuidar de ese bastardo al que llamas hijo... Decepcionante —removió con altanería el contenido de su copa y le dio un sorbo.— Oh, querida Marge, para ti también hay. Te crees que por haberte licenciado en psicología eres la más inteligente de todas y podrás salvar vidas, pero no, solo es un patético trabajo, en el cual tendrás que aguantar como todos echan su mierda sobre ti, pero bueno, ¿qué más dará? Los trabajos patéticos se les dan a las personas patéticas y la mierda, suele ir con la mierda, te va perfecto, querida hermana. —le sonrió, con esa sonrisa sarcástica que le tenía destinada a todo aquel que hablase con ella y se levantó de la mesa.
La cena de navidad acabó antes de tiempo e Hyancinth pasó su cumpleaños en un local de bebidas, en el cual perdió el conocimiento, tras haber excedido su límite. Lo último que vio antes que sus ojos se cerraran, fue a sus hermanas, las cuales habían ido a buscarla, seguras de que el estrés causaba dichos estragos en el comportamiento de su hermana. Cuando finalmente abrió sus ojos, ya no se encontraba en el local, y sentía un dolor en su espalda, se levantó del suelo y miró a su alrededor, percatándose de dos alas color azabache en su espalda, estando segura de que podría volar lejos con aquel par de alas e intentó arrancar el vuelo, hasta que un dolor desgarrador la inundó, no podía volar, tenía unas alas inservibles y estaba perdida en ninguna parte. Lo que ella no sabía, es que había llegado a Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Soberbia
Edad: 20 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 24/12/2016

Nombre: Ares Onisse
Avatar: Tyler Young
Enfermedad Psicológica: Cleptomanía
Historia: Para Ares la vida no inició mala, era un niño de un nivel promedio, con padre y madre unidos, conforme fue creciendo es que todo empeoró, a sus seis años el tenía una manía y no era nada buena pues gustaba de tomar las cosas de los demás, para ese entonces eran pocas las cosas que tomaba, sus padres lo dejaron pasar pues lo pasaban por el hecho de que era pequeño y era "normal".
Conforme iba creciendo las cosas que robaba crecían en valor; la escuela no ayudaba pues regularmente llamaban a sus padres por haber tomado objetos que no eran suyos.
A sus 15 años Ares junto con sus padres tuvieron un accidente grave donde él fue el más afectado, tuvo varias contusiones en la cabeza, aquello afectó en su vista, a partir de ahí Ares veía todo como si fueran imágenes pausadas no veía los movimientos de las cosas, comenzó a tomar para al menos sentirse un poco "bien" comenzó a juntarse con las peores personas y se aprovechaban de su Cleptomanía para obtener lo que querían.
Pasaron varias malas jugadas en las que Ares por poco era atrapado por la policía.
{...}
En su ultimo escape la policía dio con el auto donde él iba -otro accidente- el pensamiento pasó por su mente y cuando un golpe los desvió fuera del camino, Ares perdió el conocimiento lo que dio paso a su entrada a Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Avaricia
Edad: 19 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 25/08/2017

Nombre: Ha-Neul
Avatar: Lee Joo Young
Enfermedad Psicológica: Trastorno Bipolar
Historia: Una insensata huérfana que a sus 2 años fue abandonada en la orilla de un acantilado de un colorido y espeso mar, el amor entre sus padres era falso y eso causó su abandono, la mamá por su parte no pudo hacerse cargo de la bebé pero era muy creyente de Dios y pretendió dejarla en manos de él.
Por suerte, un viejo coleccionista se acercó a dicho acantilado y recogió a la niña considerando que había sido uno de sus más grandes tesoros que ha encontrado en toda su vida. Se encargó de cuidarla y educarla, llevándola a incomparables misiones de encontrar más tesoros, normalmente coleccionaba elementos que la mismísima naturaleza y el universo les brindaba, la pequeña nunca entro a una escuela, pero aprendió a comprender la vida desde un ángulo distinto junto al viejo coleccionista.
En su adolescencia, la tentación comenzaba a invadir el dulce y puro corazón de la joven chica, ahora ella se encargaba de hacer todo el trabajo, sin embargo.. . El pobre viejo tenía poco tiempo de vida, y tarde o temprano la joven tuvo que entender.. que la vida es algo prestado y que un día deberá devolver.
Antes de morir, el viejo coleccionista había ocultado desde mucho antes una flor Tibouchina, morada y sencillamente hermosa, una flor que le obsequió su primer y último amor como despedida, significaba mucho para él. Días después se prometió a si mismo entregarle esa flor a la persona que generara en su alma un amor y sentimiento incondicional. Finalmente dejó aquella flor en manos de la joven ya que en ella encontró algo que jamás acabaría, era el amor que sentía por una hija, gracias a eso pudo morir sin ninguna promesa por cumplir.~
La joven ahora tendría que defenderse y sobrevivir sola junto con la bodega de tesoros, y su obsequio en cambio se quedaría en un lugar seguro que nadie jamás encontrará, era el último recuerdo que tenía de la persona que salvó y cuido de su vida. No habría guía esta vez, dejaría que su propia virtud la llevara al destino que la vida le tenía preparado.
Al ocuparse solamente en buscar objetos extraños, la joven ya de 18 años en ocasiones se estrelló con la vida, poco conocía de las cosas que requerían del estudio y preparación, fue difícil para ella relacionarse con personas cercanas a su edad, hacia lo posible por evitarlos.
La tentación y la avaricia dominaron la mente de la joven por completo y ahora ya ningún objeto extraño le impresionaba, aparte que no conseguía nada de dinero para comer, considero que era inútil seguir y se dedicó a vender los objetos extraños a buen precio, inclusive los que el viejo ya difunto coleccionista había encontrado hace algún tiempo.
Este camino cada vez era más difícil. Desesperada y arrogante necesitaba encontrar la forma de desahogarse, se sentía atrapada en el mundo que ella misma había construido para ella, y como consecuencia sus pensamientos y recuerdos se mezclaban en su cabeza y no salían de ahí para nada, poco a poco la soledad la estaba afectando.
Pronto la mala suerte sería su nuevo compañero, escogió la noche más oscura que podía haber como el lugar donde podría descansar emocionalmente, dejando las preocupaciones atrás.
Caminando por las calles, no tenía lugar a donde ir, dejaba que sus pies pisaran lentamente el cemento seco, no media lo peligroso que podía ser estar sola totalmente.
Desde aquí inicia la vida de una perdida, incomprendida, novata y agresiva chica. Nunca faltaba el asqueroso bicho en la sopa, un grupo de jóvenes rebeldes encontraron la manera más absurda para divertirsen, directamente fueron con la Joven e invadieron su espacio, en ese momento la mente de la joven manejaba toda su voluntad, sonreía en los momentos menos esperados y no tardaba en pasar su lengua por sus propios labios para cambiar drásticamente la forma de su gesto a lo opuesto.
Insultos y amenazas no llegaban a asustarla, solo hasta comprobar que fuera verdad, podría saber en qué debería creer y en qué no. Indefensa la arrastraron a un callejón y rompieron sus prendas superiores, abofeteada y pateada era obligada a reaccionar con dolor y desesperación, hicieron dibujos en sus brazos con navajas y agujas, ya hasta dejarla en agonía cayó al suelo boca abajo justo sobre un charco, y para completar, la chica más odiosa del grupo hizo dos largas y profundas marcas en la parte superior de su espalda, los gritos de sufrimiento y dolor no faltaron.
Estaba acabada, consternada por sus heridas y dolida por su dignidad, cayó en llanto justo después de reaccionar, no había mostrado emociones durante los ataques, se tomó su tiempo para después sentarse con cuidado y mirar las estrellas del cielo, su mirada estaba absorta en cada luz natural que se exponía en aquella hermosa noche.
Aunque las heridas fueran graves, solo el sangrado le generaba palidez, su mente mientras tanto encontró su propio mundo empírico, el mundo que la encerraba, ahora comparándolo con lo sucedido pensó que tal vez no estaba haciendo las cosas mal... Siempre estuvo en lo correcto y eso la alentaba, en ese instante consiguió una pequeña sonrisa ingenua que acompaño con la admiración del cielo de la noche.
Instintivamente una oración salió de sus delicados labios, para iniciar una nueva, extraña y comprometedora vida...
"Jah.. . He sobrevivido.. yo sola.. frenteando la primera fase del amanecer, donde todo es más oscuro..
De dos mundos solo quiero.. Pertenecer al más extravagante, sincero y siniestro.. he llegado desde muy lejos.. . Para este momento.. . . Ponme a prueba.
Entrégame mis alas que me impulsarán hacia lo correcto, más allá de lo que merezco. Llévame contigo.. ."
Una lluvia intensa y eterna cayó sobre ella y limpió sus heridas, tanto externas como internas.
Especie: Sinner
Pecado: Avaricia
Edad: 18 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 23/11/2018

Nombre: Ellie Bishop
Avatar: Virginia Gardner
Enfermedad Psicológica: Trastorno de identidad disociativo y paranoia
Historia: Ellie siempre había estado sola. Desde sus 5 años, deambulando por las calles, buscando comida y un lugar donde pasar la noche.
Aquel era su día a día.
Era una dulce niña de cabello rubio y unos hermosos ojos que atraían a cualquiera, pero sus ropas y su rostro sucio alejaban a la gente que podían verdaderamente ayudarla.
Pero entonces una noche, cuando tenía 10 años, un hombre la despertó. Iba trajeado y parecía tener mucho dinero, aunque cualquiera comparado con ella tenía mucho.
Aquel hombre y su familia, la acogieron, le dieron una buena vida. Tenía un hogar, una familia, comida y un lugar donde pasar la noche. Era perfecto, pero no suficiente.
Una noche, a sus 13 años, se despertó al escuchar gritos de dolor del piso de abajo. Ellie bajó con cuidado de no caerse y entró a la sala de donde salían aquellos gritos, pero nada más entrar lo único que escuchó fue silencio.
Un hombre atado a una silla y sangre, muchísima sangre.
Aquella imagen accionó un interruptor en su cabeza y quedó en completo shock, paralizada.
Su hermano adoptivo, Samuel, un joven de 20 años, se la llevó en cuanto la vio, pero había sido demasiado tarde. Lo había visto todo.
Llevó a Ellie a su habitación y la abrazó durante horas, ambos tumbados en la cama. Cuando los primeros rayos de luz entraron por la ventana y acariciaron el rostro de la joven, la niña abrió los ojos, pero esta vez no era Ellie, era Helen. Su mente buscó una forma de sobrevivir a aquella imagen, a aquel horror, y creó a otra personalidad que ayudaría a Ellie a sobrellevarlo, a salvarla. Creó a alguien capaz de hacer mucho más.
Helen se giró observando a Samuel y sus intentos de protección hicieron que Helen le amara y le quisiera solo para ella.
A sus 16 años, su familia le explicó a Ellie el trabajo que desempeñaban y daba tanto dinero. Pertenecían a la mafia y lo que hacían aquella noche era un aviso para una familia que no devolvían el dinero que se les prestó.
A Ellie le horrorizó aquello. Su alma pura odiaba que torturaran a una persona por culpa de otros. Pero Helen... Helen fue lo contrario. Aceptó ayudarles en su trabajo en lo que pudiera. Y así estaría cerca de Samuel, algo que deseaban ambas.
Samuel era el único que conocía las dos personalidades de Ellie, conocía a Helen y sabía que ambas le querían, lo que no sabía era a qué nivel.
Los años pasaron y Ellie se convirtió en una hermosa joven de unos ojos hermosos y el cabello rubio. Seguía siendo igual de hermosa que cuando era niña, pero ahora era una mujer y todo hombre se fijaba en ella. Algo que Helen usaba en las misiones que su padre adoptivo les ordenaba.
Tenían 19 años cuando Samuel les dijo que tenía una sorpresa y que la mostraría el día de la cena familiar. Un evento muy elegante en el que se juntaban muchas familias y grandes puestos del gobierno.
Tanto Ellie como Helen pensaron que Samuel al fin le diría al mundo su amor por ellas, o al menos por una de ellas. Sabían que no era normal aquello y estaban dispuesta a decir que solo es Ellie. Por él. Lo estaban.
Pero fue una gran decepción, una decepción que les llevó al gran desastre.
Su hermano presentó a su novia, una chica de su misma edad con el cabello rubio y ojos azules, una copia de ellas, pero más mayor.
Ambas se horrorizaron al ver aquello y gritaron que Samuel era suyo, su egoísmo y avaricia no tenían cavida. Sus palabras fueron estás: "¡Samuel es nuestro! ¡Su dinero es nuestro! Y nos iremos de aquí para vivir juntos". Samuel, sin embargo, no estaba de acuerdo. Las quería, pero no de aquella forma, no tanto como ellas, pero para ellas nunca fue suficiente ese amor, siempre querían más de él. Ellie era quien más se controlaba delante suya, pero Helen solía pelear, luchar. Y ese comportamiento era el que se mostraba ahora. Enganchada a su brazo con dureza, que sino fuera por la americana, clavaría sus uñas en su piel. Ambas gritaban una y otra vez "Eres mío. Eres nuestro. Nuestro. No te vayas. No nos abandones.", pero nada era suficiente.
Al ver como Samuel intentaba escaparse, alejarse de ellas. Se alejaron y cogieron un cuchillo de untar y le amenazaron directamente "Sino eres nuestro, no serás de nadie".
El horror por aquellas palabras se escucharon por toda la sala y la desesperación en la mirada de Ellie y Helen podía verse a kilómetros. Ambas sentían que morirían sin él, pero también preferían morir con él que vivir sin él.
Unos disparos en el fondo de la sala, despistaron a Ellie quien dejó de prestar atención a la escena que estaba llevando acabo. Samuel adelantó unos pasos y les quitó el cuchillo, clavándoselo en el mismísimo corazón.
Antes de que la oscuridad reinara sobre sus ojos, vieron a Samuel, vieron su traición y desearon su muerte. Ellas le habían dado todo, sus almas y cuerpo, pero él las tiró como sino fueran nada.
Pronto la oscuridad gobernó en su totalidad. Era el final, o eso creía Ellie. En unos segundos, el portal a Wishville se abrió. Dejando ver un lugar que jamás había visto.
Especie: Sinner
Pecado: Avaricia
Edad: 19 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)

Nombre: Ikberg Arud
Avatar: Alex Høgh Andersen
Enfermedad Psicológica: Neurastenia
Historia: En una pequeña colonia vikinga del reino de Wessex (Inglaterra) en el año 830 D.C, nació.
Su nombre era Ikberg Arud. Su padre era un herrero viudo, y su hermano un guerrero nato, pero él no era ni herrero ni soldado.
Cuando pequeño era un bebé tranquilo, apacible, que podía pasarse buena parte del día durmiendo sin que esto afectase la continuidad de su sueño nocturno. Rara vez lloraba. Sus padres creyeron que era solamente un niño tranquilo.
Con el paso del tiempo se dieron cuenta de que estaban equivocados. Ikberg no podía llevar a cabo ni la más sencilla de las tareas sin quedar irremediablemente agotado al poco tiempo.
No podía trabajar en la herrería, no podía practicar con las armas, así que hizo lo único que podía hacer sin esforzarse demasiado: Pescar.
Podía pasarse horas tumbado a la orilla del lago esperando a que algún pez mordiese su anzuelo.
Pescando estaba aquella mañana cuando las tropas del rey Ecbert rompieron el pacto.
Se mantuvo tumbado boca abajo en la orilla mientras los soldados masacraban a los suyos, sin poder moverse, paralizado por el miedo.
Uno de aquellos hombres lo vio y fue a por él. Ikberg se puso en pie y trató de correr, pero no había recorrido ni cien metros cuando se sintió horriblemente cansado. El soldado lo tomó por la coronilla y lo ahogó en el lago que tanto le gustaba pescar. Ikberg pensaba que iría rumbo a Hell, donde van los que tienen una muerte deshonrosa, pero en cambio apareció en Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Pereza
Edad: 18 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 06/01/848

Nombre: Lucy Schuester
Avatar: Ava Allan
Enfermedad Psicológica: Trastornos alimenticios
Historia: Lucy siempre había sido una niña alegre y dulce, tenía tiempo para pasar con sus padres a pesar de sus trabajos o, en todo caso, los acompañaba a los mismos.
Sus padres eran grandes cocineros, su padre era chef y su madre repostera, no era de esperarse que tome alguna galleta o algo de comida con su permiso cuando iba al trabajo con ellos.
Al ser pequeña, sus escasos "rollos" en el cuerpo no eran importantes, pero con el tiempo, le preocupaba mirarse al espejo y no ser la chica de la revista, o delgada como otras niñas del colegio. Esto hizo que Lucy sienta gran cantidad de complejos a su cuerpo, y buscó alguna salida: evitar comer.
Empezó con una dieta sana, ejercicios, evitar comer tan pesado, a pesar de seguir tomando algunas galletas de su madre como "permitidos", comiendo todas las comidas y en una buena cantidad.
Aquello funcionaba, había bajado de peso y tenía una buena figura, pero no lo sentía así. Se veía al espejo y no era la delgada chica que era, seguía viéndose gorda.
Se exigió en las comidas, comía menos y en menor variedad, empezando a contar las calorías, descartando las comidas con demasiadas y solo prefiriendo las de menor cantidad, fue descartando comida y quedando en nada.
Aún asi, a su casa llegaban postres y grandes platos de sus padres que solo verlos le hacían agua la boca, pero solo pensaba que comer eso la haría engordar más
Pero un día, se dejó llevar por la tentación y decidió comer esos postres de un atracón, pero la culpa no tardó en llegar a ella, y encontró una opción para liberarse de esa culpabilidad que había generado: el vomito.
Así, una vez al mes o cada dos semanas sin comer, Lucy corría a la cocina a revisar todos los estantes y todo lo que haya guardado, para comer lo máximo en el menor tiempo y luego ir a vomitarlo.
Comía más de lo que su, ahora, delgado cuerpo podía, comiendo porque sí, a pesar de luego ir a vomitarlo y pasar otras semanas sin probar bocado
Así que un día, en un bajón de presión por no haber comido y hacer ejercicio, todo se volvió negro, y al abrir los ojos se encontraba en Wishville, con un par de alas negras
Especie: Sinner
Pecado: Gula
Edad: 17 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)

Nombre: Raymond Nobili
Apodo: Ray
Avatar: Gregg Sulkin
Enfermedad Psicológica: Bulimia
Historia: Con una vida alimenticia no muy sana desde pequeño, Ray fue un niño de gran tamaño, en los inicios en la escuela todo fue tranquilo y bastante calmado, era feliz.
Fue en los últimos años que las burlas por su aspecto comenzaron, llegaron a ser los insultos lo que más lo afectó, las ofensas y todos los sobrenombres que los niños inventaban para él se volvieron un martirio, no había noche en la que Ray no despertara gritando "basta".
Al finalizar el curso Ray comenzó con una dieta, no logró llevarla acabo pues en cuanto no había nadie que cuidara lo que comía, él buscaba comida, y comía todo lo que quería hasta sentirse satisfecho; era consciente de que comer así no lo ayudaría por lo que comenzó a buscar algo que lo ayudara a no ser robusto sin necesidad de dejar la comida; encontró un grupo en internet, algo sobre vomitar luego de atragantarse de comida, fue difícil iniciar así, el vomito era lo que menos le gustaba, siguió con algo de ejercicio y fue como los resultados se hicieron notorios, sin embargo pronto todo de volvió algo más que mantener una buena figura, no se miraba suficientemente bien para sí mismo y no le agradaba demostrarlo. Los atascamientos de comida, luego el vomitar y el exceso de ejercicio se había vuelto algo rutinario, si sus padres no sabían de ello era porque ellos nunca estaban en casa y mayormente se la pasaba solo.
Ray sabía que nada de lo que seguía haciendo era bueno y eso mismo le hizo caer, comenzó a sacar toda comida que había guardada en su casa y comenzó comerla rápido sin masticar adecuadamente, comenzó a sentirse mareado, cayó al suelo y pronto fue perdiendo conciencia de todo hasta que se volvió oscuro, entonces las puertas a Wishville le fueron abiertas.
Especie: Sinner
Pecado: Gula
Edad: 21 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)

Nombre: Lizzie Ann Burdon
Avatar: Josephine Skriver
Enfermedad psicológica: Trastorno Narcisista de la personalidad y esquizofrenia
Historia: Con tan solo tres años, la mente de un pequeño ángel se vería apropiada por un demonio que crecería en su mente. Una inocencia perdida, por la garrafal muerte de una madre, bajo las manos de su padre. Una hermosa niña de ojos azules estaba predestinada al sufrimiento eterno de la inferioridad injusta. Nunca creyó que eso le debiera pasar, pero, le pasó. Al cumplir 4 años, la pequeña niña se vio abusada sexualmente por su padre, aunque ella ignoraba la razón, le dolía.
Ese mismo año, su padre se vio comprometido con una nueva mujer. Una nueva madre para ella y una nueva hermana mayor. Esa chica que era más que una hermana al final, ella era su madre, aunque nunca quiso tomar el papel de madre para Lizzie, ella ya lo era. Un instinto protector, hizo que creciera entre ellas, eran unidas...eran.
Al crecer, la señorita Burdon se denotó como una niña callada, con aires de superioridad, y poseedora de una belleza angelical. Así mismo era muchas veces causa de envidia en donde estudió. Sus elegantes vestidos y su singular porte hacían que destacara. Pero aun así, ella no era feliz. Ella quería más. Quería más poder. Más dinero. Y aunque ella gozaba con un alto rango social, su padre y madrastra nunca dejaron que se diera demasiados lujos. Lo que atraía un odio sin igual a ellos. ¿Por qué no? Tenían el dinero, el rango social y el respeto. Las discusiones crecían a medida que Lizzie aumentaba su edad, pues cada vez quería más, todo aquello que le prohibían. Y lo conseguiría...a toda costa.
Aquella noche se llevaron a cabo dos asesinatos, asesinatos que lograrían que Lizzie obtuviera todo aquello que quería poseer. A sangre fría, asesinó a su padre y a su madrastra, mientras su hermana no se encontraba en casa. Inmune salió la joven, pero esa noche lo perdió todo.
Pues su hermana se fue para no volver a su lado, y su esquizofrenia la llevaría a tal punto que abandonará toda su presente realidad, abriendo la puerta a Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Avaricia
Edad: 17 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)

Nombre: Caleb Cooper
Avatar: Mikolas Josef
Enfermedad Psicológica: Trastorno Narcisista de la personalidad (TNP)
Historia: Caleb nació en el seno de una familia peculiar, pese a que entre sus padres reinaba el amor, estos no necesitaron de matrimonio para confirmarlo, aunque tampoco podían puesto que el padre había dejado atrás una familia para comenzar de nuevo con esta.
El joven creció feliz aunque sus padres estuvieran ausentes. Ya siendo más mayor aquel sentimiento de soledad le pasó factura a su padre quien le daba dinero calmando así la culpabilidad de dejar de nuevo a un hijo solo.
Con la fama de ser rico, Caleb comenzó a salir con gente tóxica; entre ellos competían: quien tenía el mejor móvil, la ropa más cara...Y cuando no ganaba la envidia le malcomía por dentro.
Durante toda su vida vivió en la ignorancia, desconociendo que alguien más compartía su apellido. Se sentía inútil al saber que no fue el primero. Comenzó a beber para llamar la atención sin resultado alguno y asumiendo aquello decidió afrontarse y buscar a su hermana Mia (ver ficha en Ángeles), quien ya había muerto.
La culpabilidad colmó su conciencia al igual que su vaso que junto al ese mal vicio que cogió lo dejó en coma entrando ahora en Wishville, donde no sabia que la encontraría y ahora tendrá una segunda oportunidad de conocerla y dejar atrás ese vacío que arrastraba desde vivo.
Especie: Sinner
Pecado: Soberbia
Edad: 20 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 22/03/2018

Nombre: Embony Rhize
Avatar: Scarlett Simoneit
Enfermedad Psicológica: Esquizofrenia paranoide
Historia: Nos remontamos al año 2002 donde tenemos a una Embony de 22 años recluida en un hospital psiquiátrico en donde grita cada noche porque las voces quieren destruir su mente.
Pero antes de que ese pasara, Em no era de ese modo y vamos a resumir todo de esta manera:
Su pasión era la música pero sus padres religiosos no le permitían escuchar el tipo de música que a ella le gustaba. Le gustaba la ropa extraña y colorida, pero sus padres la golpeaban por querer usar aquello pues “Atraes al Diablo a nuestra casa, Rhize” en la preparatoria, la chica vestía cómo una monja y sus compañeros le odiaban por ser siempre una chica aburrida por lo que no la invitaban a las fiestas.
Las voces llegaron a los 18 años de edad cuando sufrió de un abuso sexual por parte de sus compañeros de escuela, pero Embony jamás dijo nada sobre aquello y todo un año tenia delirios sobre que alguien estaba tras ella y que de su entrepierna salían gusanos “ pues dios la estaba castigando” las cosas sé pusieron peor cuando su madre la escuchaba susurrar por las noches bajo la cama, pues ahí sé encontraban aquellas figuras que tanto veía.
Bony fue recluida en aquel centro en donde mas que ayudar fue golpeada y abusada tanto física cómo emocional; pero sus padres jamás creían una palabra de aquello.
Las voces siempre atacaban a la chica por las noches pero no eran violentas, eran crueles pues le susurraban cosas tristes a tal punto que Em no comía durante días.
Una semana después; la chica fue encontraba muerta en su cama y las causas solo apuntaban a que había muerto de una tristeza que le había partido el corazón.
Con apenas 22 años, Embony sé encontraba en la cama de su cuarto y las voces susurraban mas palabras tristes que crueles. La chica de cabellos azules lloraba, su tristeza era tanta que su pecho comenzó a doler, era cómo si su corazón estuviera partiéndose a la mitad y esta no podía hacer mas que solo sufrir y llorar hasta quedar seca; entre las lagrimas observó cómo una puerta sé abría para ella y una gran luz la absorbía dejándola en un estado de tranquilidad que la chica de cabellos azules tan solo pudo disfrutar, unas alas que destellaban un brillo azul, que claramente combinaba con ella, la hizo sonreír y aquellas lagrimas jamas regresaron a sus mejillas pues ahora era feliz en un lugar llamado Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Pereza
Edad: 22 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 27/04/2002
Nombre: Pandora (OCUPADA)
@Pandxra_WV
Avatar: Ashley Benson
Enfermedad Psicológica: Trastorno Explosivo Intermitente y Fuga disociativa
Historia: Pandora nunca supo por qué sus padres la abandonaron. Tan solo recordaba que a la tierna edad de siete años sus padres tuvieron una pelea descomunal, una pelea que llevó a su padre a golpear a su madre y a la niña a esconderse bajo la cama mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
Aun así pudo ver por la puerta entreabierta como el alma de su madre parecía abandonar en un último suspiro el cuerpo que habitaba y tras ello solo recordaba a esas dos personas extrañas que vinieron a llevársela, los días venideros miraba sus manos viendo sangre en ellas como si ella misma hubiese sido la culpable.
Pasó de un centro de acogida a otro cosa que no recuerda en su totalidad debido al trastorno que en ella se generó. El comportamiento de Pandora fue cada vez más complejo y agresivo y escapaba de los centros para meterse en peleas callejeras y robos con los que sacarse algo de dinero pues su sueño era salir de aquellos centros de una vez por todas.
Una oscura noche, después de haber salido victoriosa de una de sus peleas se encontraba con un cigarrillo entre sus labios, caminando por los callejones ya bien conocidos para ella cuando en uno de ellos encontró la misma imagen que vio escondida bajo la cama en su niñez.
Un hombre de mediana edad agarrando por el cuello a una mujer con el cabello rubio, fue entonces cuando algo en su cabeza hizo click y su segundo trastorno apareció para comenzar a golpear al hombre una vez tras otra hasta que no quedó de él más que los restos.
Las sirenas de la policía sonaban de fondo y todo comenzó a volverse negro hasta que llegó a aquel nuevo mundo y cayó del cielo, siendo sus alas negras y su pecado la ira
Especie: Sinner
Pecado: Ira
Edad: 23 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 07/01/2019

Nombre: Sage Mc'guire (OCUPADA)
@sagexmc_WV
Avatar: Lauren Cohan
Enfermedad Psicológica: El trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Historia: Otro día donde Sage intentaba dormir y su mente se lo impedía. "La chiquilla es virgen y gitana. Se acostumbrará rápido y ganarán mucho dinero", Escuchaba a aquel horroroso hombre del orfanato mientras la vendía como esclava. La niña bajó la cabeza casi echándose a llorar y respiró profundo para evitarlo, pero nada era peor que saber lo que se vendría.
Unos cuantos años viajando por todo Estados Unidos y, tal como lo dijeron, la ahora señorita Mc'guire era una diosa en su trabajo, o bueno, oficio impuesto a la fuerza por gordos viejos verdes avaros. Aquel día era fácil, un soldado más que pasaría por su cama y pagaría bien, por lo que se arregló lo mejor que pudo para ganar una buena suma y lo esperó con aquel corsé negro que le quedaba de infarto; pero la noche no pasó como la joven de 15 años esperaba, pues aquel hombre que había pagado por ella no había pedido una noche, aquel hombre la había comprado para tenerla prisionera en su casa y utilizarla como se le antojase.
—E-esto no es lo acordado... Y-yo debo irme en la mañana, tengo más clientes— Comentó asustada mientras el hombre la acorralaba en la pared dispuesto a hacerle cumplir las fantasías más sucias y desagradables que se le ocurriesen.
—Lo siento si no fuiste informada, pero pagué 1000 dólares por ti y ahora eres mía, encanto— Y eso valía su vida. 1000 miserables dólares la condenarían a 4 años de violaciones y maldad sin límites, donde cada noche parecía peor que la anterior.
Sage ya había perdido todo, no tenía más que perder además de sus esperanzas de salir de allí. Sabía que Virginia no estaba muy lejos y que llegaría en unos 4 o 5 días a caballo, sólo necesitaba un plan ingenioso para escapar: Cada día le quitaban los grilletes durante 45 minutos para permitirle quitarse la mugre del calabozo y arreglarse para complacer a su señor, por lo que debía utilizar ese tiempo con inteligencia y escapar.
Durante dos semanas estuvo memorizando todo lo que le permitían ver de la casa y descubriendo todas las armas que le llegasen a servir, para esperar a navidad;día donde todos los servidores del señor se iban al establo a celebrar con sus familias y él se quedaba solo. Aquel día hizo todas las porquerías que aquel hombre adoraba de la mejor forma que su asqueado cuerpo le permitía, le besó en todos los lugares que pedía y le permitió penetrarle por donde quisiera, para llenarse de todo el odio que hacía basta para exterminar aquel cerdo, por lo que a la noche de navidad, cuando el señor pedía a su esclava lo más hermosa que pudiese, con vestidos de terciopelo y piedras incrustadas y la mejor lencería que se podía conseguir en Maryland permitía. Sage lo permitió, mientras su mente repetía el encuentro de la mañana una y otra vez para alimentar su venganza y, justo cuando todo parecía en su lugar y le dejaron 5 minutos sola, como cada navidad, Sage aprovechó para huir de aquella habitación y entrar al estudio del señor, luego tomó un arma y la guardó en su corsé, para volver a toda velocidad y ser llevada ante su señor a complacerle como regalo de navidad.
Justo cuando aquel demonio yacía recostado en la alfombra con Sage sobre él siendo penetrada, la chica llevó sus manos a su corsé comos si fuera a deshacerse de el de la forma más sensual que una búsqueda de una pistola metida en la parte trasera de este se lo permitía y tomó el arma en el momento justo que aquel cerdo cerraba los ojos para correrse y dejar un tiro de gracia a quemarropa. La consciencia y el remordimiento por faltar a los mandamientos del divino debía esperar un momento, porque ahora tenía unos cuantos minutos antes que los siervos del señor llegaran corriendo a ver lo que sucedía, por lo que tomó todo el dinero que vio a la mano y salió corriendo con su ropa en la mano, no sin antes mirar el cadáver y sonreír.
—Oh sí, mi señor. El mejor sexo de mi vida...— murmuró con el mismo tono que usaba todos los días, sólo que esta vez era cierto. Era el mejor por el simple hecho de ser la última vez.
Corrió hacia el bosque sin importarle su desnudez, pues su vida dependía de lo lejos que llegase. Había estudiado todos los mapas que el señor tenía en su casa en sus ratos libres, pero su analfabetismo le complicaban la tarea, aunque los más importantes se los había explicado su Señor.
Debía correr hasta encontrar algún lugar con agua para quitarse las huellas de aquel demonio de su piel y poder volver a vestirse. Además, debía contar cuanto dinero había alcanzado a coger para saber si podría sobrevivir hasta llegar a Virginia, al menos.
Unas horas después, mientras caminaba por el bosque sólo con su lencería puesta y sus tacones, un pequeño lago se alzó ante ella y no dudó en desvestirse y entrar al agua. Allí lloró y maldijo el alma de aquel hombre que había matado mientras refregaba con ira su piel, sus labios, sus senos y sus genitales que tantas veces fueron ultrajados en las manos de aquella porquería humana.
Después de intentar levantar su autoestima de mujer, se vistió con calma y descansó al sentir el cansancio de su acto, mientras se examinaba nuevamente y volvía a echarse a llorar, mientras aún podía sentir las manos de aquel monstruo pasando por su cuerpo.
En realidad, pasaron 10 días antes de que pudiese llegar a Virginia, donde su hermoso vestido ya estaba sucio y rasgado, su aspecto era degradante y su esperanza empezaba a morir.
Un pequeño pueblo lejos de la ciudad de Virginia se apareció ante sus ojos, mientras ella usaba sus últimas fuerzas para llegar allí y entrar a la primera vivienda que encontrara que, para su desgracia, era la taberna.
—¿Qué te ha pasado, niñita?— Comentó el cantinero corriendo a recogerla del suelo en cuanto entró y pidiendo algo de agua para ella.
—Ayúdeme, ¡ayúdeme, por favor!— Lloró mientras la conducían a sentarse en una banca de la taberna. El hombre esperó que se recuperara pacientemente y le dio algo de comer, para escuchar toda su historia y sentir profunda piedad por ella.
—Pues no puedo ofrecerle mucho, señorita Mc'guire— La joven sonrió al ser llamada "señorita" después de toda su historia y asintió —Además de un trabajo aquí en mi taberna por comida y dormida... Sé que no es para nada lo que quiere oír, pero podría ser camarera acá y no le cobraré nada a cambio de su trabajo hasta que logre acomodarse...— La chica asintió sin más, pues no tenía a donde más huir y no quería seguir en las calles siendo aún más ultrajada.
Fue así como Sage llegó a este pueblo y se estableció ahí con la ayuda del cantinero, para volver a sus viejos oficios con el simple objetivo de conseguir más dinero.
Un día, un espectáculo extraño llegó a la taberna y las camareras querían aprovechar aquello: Un grupo de chiquillos de no más de 18 años entraron al lugar intentando no parecer tan asustados como estaban para pedir alcohol. Las muchachas siguieron el juego de los chicos y les dieron lo que pedían rebajando cada copa lo más que pudieran sin que aquellos niños lo notaran. Unos minutos después, vieron como un jovencito de ojos claros se separaba del grupo y caminaba hacia ellas como si fuera a desmayarse en cuanto llegara. Sage, que era la mayor de todas, se acercó al chico y sonrió.
—¿Qué necesitas, cielo?— Comentó organizando su bandeja para que todos los tragos se equilibraran perfectamente.
—Amh... Y-yo... Esto, iba a decirte que... Amh— El jovencito tartamudeaba y se acomodaba el cabello frenético para guardar nuevamente sus manos en los bolsillos y mirar a sus amigos que carcajeaban detrás suyo.
—E-e-es q-que quería p-pedir... Ya sabes— Sage no podía aguantar la risa cuando aquel niño sacó unos 50 dólares de su bolsillo y la miró casi con lágrimas en los ojos. Ella suspiró y, aunque ya había entendido lo que pedía, quería divertirse.
—Pedir... ¿Pedir que, príncipe?— Comentó acariciando su mejilla y viendo hacia el grupo de jovencitos que ya no reían.
—T-tus... Amh, esto... T-tu ss sservi... cios— Comentó entre dientes y bajando su cabeza con un hilo de voz temblorosa. La mujer dejó su bandeja en la barra y tomó al jovencito de la mano para subir la escalera a las habitaciones que las prostitutas del establecimiento usaban. Desvió su camino hacia su habitación privada, lo entró y cerró la puerta con llave.
—Estas haciendo esto por tus amigos, ¿verdad?— El chico asintió levemente palideciendo como si fuera su madre la que le reprochaba.
—Bien, entonces te voy a ayudar para callar a esos zoquetes, así que dime lo que necesitas, príncipe— El chico sonrió un poco sentándose a su lado como ella le indicaba y suspiró.
—Mis amigos creen que nunca he estado con una mujer y me retaron a acostarme con una ramer... Con una mujer que trabaja en eso— Sonrió ante su rectificación y acarició sus negros cabellos asintiendo para que continuara hablando. Él suspiró.
—El problema es que tiene razón y me descubrirán si preguntan porque... Porque no sé como funciona eso— Otro triste suspiro mientras agachaba la cabeza como un niño explicando porque había metido el dedo en el pastel antes de tiempo.
—Si quieres, te puedo contar como funciona...— Él alzó la mirada a ella y frunció el ceño, para entregar el dinero de sus mesadas y decir con voz firme, por primera vez.
—No, yo quiero hacerlo.—La mujer le devolvió la mirada confundida y negó.
—Si usted no puede cumplir con lo que necesito, entonces buscaré otra que si lo logre— Comentó refunfuñando mientras se levantaba hacia la puerta y tomaba su dinero.
Sage apreciaba a sus compañeras, pero sabía que aquel niño sufriría en sus manos, pues su total inexperiencia le delataría y abusarían de eso.
—¿Estas seguro, pequeño...?— El chico le interrumpió girándose hacia ella con una mirada fría que copiaba de su padre cuando se enojaba.
—Dante, me llamo Dante y ya no soy pequeño— Agregó completamente convencido aunque hacía unos minutos parecía un avergonzado manojo de nervios. Ella sonrió divertida y le miró negando lentamente.
—¡Ya tengo 16, ya puedo estar con una mujer sin problema! ¡Yo sé que todos esos tarados tampoco han estado con una y ser el primero de todos sería asombroso! — Gruñó enojado, pero aquello parecía más una pataleta y cada vez se convencía menos.
El chico bufó enojado y pateó una mesa, para sacar de sus bolsillos 200 dólares y tirarlos hacia la chica.
—¡Le daré todo eso o ya déjeme salir!— La mujer sabía lo mal que estaba eso, pero era el dinero justo para poder comprar su propia casa e independizarse de aquel trabajo. Ni en 5 noches seguidas conseguiría ese dinero y menos a su edad. Tragó saliva recordando la primera noche con un hombre como prostituta y suspiró. Ella habría querido que aquel fuera el mejor recuerdo de su vida: la primera vez que entregaría su cuerpo a un hombre y vaya que fue horrible.
Ahora tenía aquel momento de ese niño en sus manos y nada parecía convencerlo de retractarse, además de la suma de dinero de por medio y la perfecta oportunidad de tener un recuerdo agradable en la cama, uno al menos.
Volvió a su total indiferencia como si fuera un cliente más y se quitó su enorme saco que escondía un delicado corsé de encaje y unas medias de diseño junto a la sensualidad de la que era caracterizada. Aquel encuentro fue más largo de lo que esperaba, pues aquel niño no era un chico normal, era un alma completamente rota jugando en un mundo cruel que amenazaba con destruir los pedazos que aún quedaban. Esa fue la primera vez para ambos, la primera vez en intimidad con una mujer para el chico y la primera vez amando a un hombre en su cama para ella.
Pero, ¿Qué es el amor para una ramera? Sage ya no sabía que era amar a una pareja sentimental, nunca había sentido amor de familia y sus amistades se resumían al cantinero y su esposa. Aquel amor que nació con aquel jovencito que frecuentaba seguido su cama era completamente diferente a todos los anteriores. No eran novios, porque ninguno de los dos podía amar al otro de ese modo, no eran amigos porque aquel término se quedaba demasiado corto para definir el lazo que los unía y amantes era demasiado indiferente para lo que sentían. Era una relación sin nombre y así preferían mantenerlo ambos, pues lo mejor de esta vida no se describe con palabras.
—Por Dios, amorcito. ¿Ya viste que horas son? Es cierto que soy ramera, pero no abuses.— El ojiazul prácticamente se derrumbó cuando la rodeó con sus brazos mientras silenciosos sollozos se oían entre sus silentes lágrimas.
—Dan, Dan, amor. ¿Qué sucedió?— Como pudo, cerró la puerta de su casa mientras intentaba dirigirlo a su sala para que se sentara y hablara, pero no fue así. Como cada vez que él venía a buscarla, lo hicieron de forma apasionada y libre. El chico se transformaba de aquel chico solitario y tímido a un depredador voraz con hambre de acabar con todo y ella adoraba ver semejante espectáculo.
Cuando aquel arranque pasional terminó en la alfombra de su sala, la mujer lo acunó como siempre solía hacer para consolar lo que fuese que lo lastimaba ahora. Su relación funcionaba así, eran el recurso que ambos usaban cada vez que sus almas parecían derrumbarse. Era el prototipo de relación perfecta, pues no había posesiones psicóticas, celos enfermizos o necesidad de amor. Cada uno daba lo que podía y era más que suficiente para el otro.
Aquella noche el chico no habló, no hizo nada más que llorar en silencio sobre su pecho mientras se aferraba a ella con fuerza y eso estaba bien. Ella nunca exigía nada de él y tampoco necesitaba hacerlo, sólo con tenerlo entre sus brazos era suficiente.
Pronto el chico volvió con las mismas peticiones de aquel encuentro y esa actitud de depredador silencioso. Estaba creciendo y los cambios de la adultez parecían afectarle más de lo normal, el chico no era normal, pero siempre volvía a ser aquel niño perdido de 16 que descansó en su regazo cuando se perdía entre sus brazos. Era su pequeño ángel.
Él ya no volvió a hablar con ella y cada día extrañaba más su elocuentes discursos sobre sus puntos de vista, ya no sentía nada con sus demás clientes y, aunque no lo necesitaba como aquellas locas dependencias emocionales, si le extrañaba de vez en cuando; hasta que las cartas de su parte empezaron a llegar y llenaron su mundo con aquella elocuencia que ahora brillaba escrita.
Respondió a todas y cada una e incluso mandó unas más con sus propios asuntos, siendo atendida en cuestión de horas para ya tener respuesta de su parte.
El jovencito ahora se había enamorado y, tal como la primera vez, no era correspondido. Fue aquí donde volvió a tenerle en su cama con sus miles de sentimientos desbordados y su tristeza. La mujer de su mejor amigo... Que caso.
—Cásate conmigo, Sage. No quiero casarme con nadie de todas estas brutas y la mujer que quiero como esposa tiene dueño... Cásate conmigo y vámonos lejos. Tu y yo no sufriremos con un matrimonio porque no nos poseemos enfermizamente y podría darte todo lo que quieras...— Pronunció después de unos segundos de silencio. La mujer sonrió acariciando el pecho ajeno y negó divertida.
—Yo no te amo como marido y tu no me amas como mujer...— él asintió entusiasmado y tomó su mano para girarse hacia ella y mirarle con esos ojos que anunciaban un terrible plan.
—Mi guapísima Sage, es por eso que funcionaría. Seguiríamos con este.... Algo que llevamos y nos iríamos a la capital. Yo podría trabajar en una escuela como tanto quiero y con la herencia de mi padre tu no volverías a tocar a otro hombre nunca más por dinero... Además de mi, claro, porque te casarías por eso. ¡No me hagas casarme con alguien que me ame, por favor!— Comentó besando su mano y luego sus labios, pues así era como usualmente la convencía.
—Dan, no es tan fácil como lo planteas... ¿Y si Mary Lu se retractara de su compromiso y te aceptara? ¿Qué pasaría conmigo?— Él se quedó en silencio y se levantó de la cama para buscar su abrigo y sacar una cajita.
—Papá me lo dio. Era de mi madre y pretende que lo use para mi prometida. Bueno, evidentemente no es Mary Lu porque no lo tiene, así que...— Sonrió cómplice y se tiró encima suyo para besarle hasta hacerle carcajear mientras la inmovilizaba juguetón. Cuando tomó ambas manos la miró fijamente.
—Por Dios, ¡te estoy rogando que te cases conmigo, maldita sea! ¡Vete con la gallina de los huevos de oro, desgraciada y acéptame por mi dinero, al menos!— Murmuró serio, pero la diversión brilló en sus ojos. A pesar de todo, ella tampoco lo consideraba mala idea y claro que podría vivir toda una vida al lado de su amigo/amante/reemplazo del hijo que nunca quiso tener con algo más interesante.
Se resignó y aceptó la loca proposición del italiano que celebró como si hubiese derribado todas las botellas de un juego de feria y le puso el anillo.
—Sólo falta anunciarle a mi padre y seremos libres— Comentó al fin recostándose a su lado con una sonrisa divertida. Ella lo miró como siempre disfrutaba hacer y rió ante el loco plan del que ahora era partícipe.
La vida parecía sonreirle ahora que vivía lejos de sus sombras y ya tenía el príncipe que tanto había soñado... Que irónicamente no la amaba, pero le brindaba un cariño más fuerte que cualquier amorío ridículo. Era justo lo que ella quería y lo que necesitaba, pero la vida nunca te permite ser feliz mucho tiempo. Un día, un cliente vivaz llegó a su puerta a pedir sus servicios, a lo que Sage ni corta ni perezosa aceptó por la suma de dinero y se acostó con él, para caer en un extraño profundo sueño que la dejó privada en su cama.
Al despertar, las cartas que yacían en su armario bajo llave de parte del italiano ya no estaban y su anillo de compromiso tampoco. Frenética buscó alguna pista de lo que sucedía mientras se vestía a toda prisa e intentaba recordar lo que sucedía, pero una horda de ciudadanos envenenados en ira la buscaron a su puerta, para tomarla del cabello y arrastrarla hasta la plaza pública. Había sido acusada de prostituta.
Bien, eso no la sorprendió mucho y sabía que sus clientes frecuentes la defenderían como siempre, pero aquello era diferente. Guisseppe Salvatore le esperaba con la seriedad que lo caracterizaba en el centro de la plaza, para dar un discurso con un léxico envidiable en su contra y sacar como argumentos para la artimaña de Sage para estafar a su hijo (usando las cartas que ambos se habían escrito) y finalmente demostrar como lo había engañado al robar el anillo de los Salvatore.
Sage gritó angustiada en su defensa, mientras intentaba buscar a Dante entre todo el mundo para aclararlo todo, pues sabía que el señor Salvatore no haría nada en público si Dan se le revelaba, pero no lo veía en ninguna parte.
Finalmente, el hombre mandó a sus siervos para traer a su hijo y Sage ya sospechaba lo peor. Un muy perdido y casi inconsciente Dan apareció arrastrado por sus siervos, mientras Guisseppe alegaba que sus encantos de mujer del diablo lo había causado, pero claramente era una artimaña de aquel maldito.
Cuando convenció a todo el pueblo que debían desaparecerla, el hombre sonrió hacia ella y propuso su muerte. Sage miraba todo impasible, mientras abogaba por aquel malentendido pero era ignorada. En un momento, el diablo se acercó y puso en su mano su anillo.
—¿De verdad cree que dejaré mi fortuna en las manos de una ramera?— Murmuró de tal forma que sólo ella oyó y comprendió todo. Aquello era gracias a la loca idea de Dante.
Una horas después, todo el pueblo se reunió en la plaza pública a su alrededor, envenenados por la sed de sangre de su cuasi-suegro y dispuestos a matarle. Ahora no sólo decían que era una cazafortunas y una manipuladora, también decían que era una enviada del diablo para engañar a los hombres y matarlos, pues Dan había reaccionado a lo que sea que hizo su padre con él y peleaba con puños y patadas contra todos los que intentaban interponerse en su camino a la salvación de su amiga.
Un golpe seco de parte de la culata del arma de su padre le dejó en el suelo mirándola perdido mientras susurraba en italiano piedad por ella.
El acercamiento con la muerte volvió la locura de su pasado a la mujer que yacía amarrada y de rodillas, mientras un ataque de pánico la dominaba y volvía a los recuerdos que la torturaban por la noche y se perdía entre las asquerosas caricias del cerdo que la compró y sus antepasados clientes... La chica gritaba y se revolvía mientras grandes piedras la golpeaban, pero su mente iba más allá de todo eso. Parecía ser que la locura ganaba la batalla ante el dolor físico y la llevaban a otro planeta, o realidad, donde su vida entera la condenaba a unas enormes alas que la ataban a aquel pecado que repitió desde los 14 años y no pudo desprenderse.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 35 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 8/12/1860

Nombre: Valentina Fermonsel (OCUPADA)
Avatar: Debby Ryan
Enfermedad Psicológica: Trastorno límite de personalidad e hipersexualidad
Historia: Valentina había sido siempre una niña muy feliz, con una familia muy unida compuesta por ella, mamá y papá.
Los sábados se reunían los tres a ver películas después de la cena, era su momento favorito del día, y así sucedió por los últimos 17 años, hasta que una noche del 20 de septiembre del 2014 había estado lloviendo todo el día, desde que su padre se fue temprano a trabajar, se suponía que él llegaría a casa a las 3 de la tarde, pero los minutos se convirtieron en horas y sin darse cuenta ya eran las 6 de la tarde y su padre no llegaba, su mamá, quien la había estado tranquilizando todo ese tiempo culpando al tráfico, ahora estaba incluso más nerviosa que ella. Pronto se comunicaron del hospital preguntando por la esposa del señor Fermonsel para comunicar que había muerto en un accidente automovilístico.
Ese día fue el peor de la vida de Valentina, hasta ese momento, pues después de ese suceso, todo solo empeoró.
Al cumplir los 18 años, su madre le comunicó que estaba saliendo con un hombre. Su nombre era Will y era considerablemente mayor que ella, pero no había más que aceptarlo y continuar. A fin de cuentas, ella no podía prohibirle cosas a su madre. Poco tiempo después Will se mudó con ellas y la castaña se dio cuenta de que en realidad no era tan malo, era amigable y la hacía sentir bien, todo era miel sobre hojuelas, hasta que al cumplir los 19 años, el novio de su madre entró a su habitación para darle su "regalo de cumpleaños" -Ya es momento de crecer, pequeña, yo siempre te voy a cuidar.- Había dicho él, antes de desabrochar su pantalón y obligarla a salir de la cama para introducir su miembro en la boca de la adolescente una innumerable cantidad de veces, ella nunca había visto un miembro masculino, nunca había estado con alguien de esa forma, intentaba gritar pero no podía, Will introducía su miembro con fuerza, atragantándola varias veces y dejándola sin aire por cortos periodos de tiempo.
Después de eso, el mayor le privó de sus prendas y comenzó a introducir su miembro en ella, sin importarle el dolor que sentía por ser su primera vez. En ese momento comenzó a gritar de dolor haciendo así que su madre viniera a ver lo que sucedía. -Mi niña ya creció.- Dijo antes de unirse a la acción del momento, tocándose a sí misma y a la menor, mientras él la penetraba hasta terminar y derramar un líquido caliente sobre la espalda tersa de la adolescente.
Valentina se sentía lastimada, una vez que ambos se fueron a dormir a su habitación ella se había quedado sola, desnuda, sentada al borde de la cama, llena en distintos fluidos corporales y así, lloró en silencio toda la noche.
La noche siguiente pasó igual y así cada noche del siguiente año, tanto que comenzó a verlo como algo normal, algo que debía suceder. Se volvió adicta al sexo con sus padres.
Al pasar el tiempo, Will se ponía muy violento, llegaba a casa tomado y las golpeaba a ambas, ya no quería tener sexo con ellas, decía que se había encontrado a alguien mejor que lo satisfacía, que ya no le eran útiles, la castaña comenzó a sentirse deprimida casi todo el tiempo, actuaba por impulsos, se lastimaba a sí misma pensando en lo fea que era para que su padrastro ya no se interesara en ella, aparte de todo sentía una enorme necesidad de satisfacerse sexualmente, el mundo se le venía abajo y su madre estaba aparentemente en las mismas condiciones, ya nadie salía a comprar comida, su casa era un desastre, su madre no trabajaba y no la obligaban a asistir a la escuela.
Al cumplir los 22 años, fue el día en que se decidió a terminar con su vida, ya no tenía sentido vivir en las condiciones en las que estaba, sufriendo por dentro y por fuera, se encerró en el baño y lentamente casi disfrutándolo, se cortó las venas de los brazos hasta lograr que la sangre se drenara de su cuerpo poco a poco, el mundo daba vueltas, todo se veía borroso, casi sin luz, se sintió muy cansada y lentamente se dejó caer en el suelo, con los ojos cerrados y el corazón latiéndole muy lentamente, y se dejó ir.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 22 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 28/10/2019

Nombre: Akeron Stratta (OCUPADO)
@Nxughty_FoxWV
Avatar: Giulio Berruti
Enfermedad Psicológica: Trastorno Limite de la Personalidad y Trastorno Explosivo Intermitente.
Historia: « Vuoi sapere qual è stato il peggior peccato che questo povero diavolo ha commesso? La colpa non scomparirà mai per non aver provato di più. Il mio più grande peccato è stato fallire. »
Parece ser que existen personas que nacen con su destino sellado, para tener su nombre inmortalizado en piedra. De aquellos se escucha y lee a diario en medio de noticias tanto relevantes como irrelevantes, vidas envidiadas por más personas de las que quisieran admitir realmente.
Los gemelos Stratta nacieron bajo esa buena estrella, los ojos puestos en ellos incluso antes de que nacieran. Con siglos de parientes exitosos en las más diversas actividades y negocios, su linaje acabó siendo de lo más variado, pero manteniendo siempre el mismo apellido sin importar que la heredera fuese una mujer, creando cierta aura de misterio sobre ellos de la que más tarde se aprovecharía en más de una ocasión la prensa sensacionalista.
Akiva y Akeron, hijos de madre griega y padre mestizo japonés, crecieron correteándose entre los árboles de uno de los espesos bosques del país del sol naciente, así fue hasta cumplir los doce años, cuando se trasladaron al país que los ojos gentiles de su madre no veían en poco menos de dos décadas para seguir sus estudios.
Su carácter travieso les ganó a temprana edad los apodos de “zako” y “yenko”, zorros de la tradición nipona, pareciendo aún más adecuados al ser su familia la encargada de cuidar de un templo alejado del pueblo alzado en honor a la diosa Inari, un carácter que no les abandonó ni siquiera en la adultez.
Como parecía destinado, los gemelos siguieron destacando por su inteligencia y humor en Grecia como si nunca hubiesen vivido aislados, manteniendo, eso sí, aquella unidad forjada entre las bromas y la naturaleza que ni siquiera la diferencia de gustos pudo romper. Tan fuerte era la cadena que unía a los hermanos que incluso grabaron en su piel el mismo símbolo, disfrutando sin duda ser confundidos el uno con el otro, un placer culpable que no podían abandonar.
Cuando fue momento, heredaron la administración de dos grandes minas de las que sus padres eran dueños. Una de ellas de hierro, la otra -esa que les traería un profundo sufrimiento a los grecos nipones unos años después- de diamantes.
Pocas personas creyeron en verdad que los gemelos no supieron del poder adquisitivo de sus padres hasta que dejaron la isla, pero había sido así, criados de forma humilde entre leyendas y álgebra, escuchando los grandes logros de sus antepasados, deseando poder ser tan grandes como ellos.
Pero la grandeza destinada a los Stratta, ignoraría a la nueva generación.
Siguiendo obedientemente los consejos de sus padres, los griegos alcanzaron la excelencia a temprana edad y se ganaron el derecho de administrar los dos negocios que le pertenecía por herencia. Ahora, siendo los dueños de una mina de hierro y una de diamantes -dos recursos que difícilmente dejarían de ser demandados- se habían sentado en un lugar nada despreciable entre los jóvenes más adinerados del país, ocupando también un par de puestos en la lista mundial.
Akeron igual a su hermano le gustaba ser el centro de atención solo con la diferencia de que lo que los medios decían de él no solía ser el del todo positivo al verse envuelto en distintos escándalos sin distinción alguna, desde peleas, amoríos de una noche, hasta supuestamente ser el tercero en discordia en distintas relaciones y matrimonios; pero era algo que no podía evitar ya que siempre se encontraba buscando problemas, siendo victima de sus impulsos.
Pese a esto la unión que tenían como hermanos no decaía y un gran ejemplo de esto era el tatuaje que ocupaba su hombro y parte del brazo, logrando afianzar mas la creencia de justamente uno pareciera la copia exacta del otro, un juego al que le habían tomado el gusto de pequeños y que, como si fueran niños todavía, seguían disfrutando.
Nada parecía poder crear grieta alguna en la relación que tenían los gemelos Stratta, o al menos eso pensaban todos, incluso el mismo Akeron; hasta que comenzó a escuchar rumores de boca en boca respecto a la ruptura que se avecinaba en los negocios que administraba junto a su hermano.
Aquello arraigo en su interior una terrible paranoia, ¿cómo era posible que Akiva pensara siquiera en dejarle?
No podía con la idea.
Por ello fue que, en un impulso, contacto de regreso a una compañía que estaba interesada en invertir en ellos ya que con en los últimos meses hubo una pequeña baja en la demanda ademas de que había estado intentando por semanas tener un contrato fijo con ellos debido a la gran estima que tenían en el mercado; dando así inicio a un negocio totalmente a la espalda de Akiva.
Fueron apenas cinco meses antes que él notase que la compañía no estaba cumpliendo su parte del acuerdo, habían desaparecido tras el pago inicial y aquello le molesto buscando entonces terminar el contrato.
No había tenido mucha suerte en contactar a la dichosa compañía y opto por cerrar la cuenta que había abierto para ellos y el problema pareció terminar, al menos hasta que una noche una llamada le despertó en medio de la habitación de un amante.
La pantalla marcaba numero desconocido y algo renuente contesto solo para sentir como su mente de la sorpresa quedaba en blanco y todo calor de su cuerpo se desvanecía.
"Tenemos a tu hermano". Fueron las palabras necesarias para hacerle saltar de la cama en la que estaba y comenzar a gritar a la persona del otro lado de la linea.
Akiva estaba en un viaje de trabajo de unos cuantos días en Silicia y él siendo el muchacho caprichoso que a veces era, no quiso asistir con él siendo de las pocas veces que se había negado a acompañarle, dándoles así la oportunidad perfecta a los "inversionistas" para secuestrar a su hermano con la intención de chantajearle para encontrar la reliquia familiar. La rara piedra llamada « pantera rosa ».
Se negó rotundamente ante la simple mención de la misma y con ello la llamada terminó.
No iba a sentarse a esperar si por la bondad de su corazón soltaban a Akiva, por lo que dio inicio a su búsqueda.
A la semana de su desaparición, era noticia de primera plana; la prensa parecía realmente comprometida a tener la mejor nota respecto a la desesperación que sentía en esos días.
Intento mantenerse alejado de las provocaciones pero aquellos bastardos no paraban de hostigarle mediante vídeos y llamadas donde solo podía escuchar a su gemelo siendo golpeado o hablando incoherencias que posiblemente solo el comprendía.
Ante ello, comenzó a ponerse violento con los reporteros que no descansaban y estaban fuera de su casa cada día, todo el maldito día.
Debía encontrarle cuanto antes y traerle a salvo con él pues no sabía cuanto mas podría pelear; vivir esa eterna agonía que era no tener a la única persona que ha estado allí desde antes de nacer, pero los días se volvieron semanas y estas meses hasta que cansado optó por negociar con ellos.
La ubicación de la reliquia, una ridículamente grande suma de dinero y la promesa de dejarles en paz a cambio de Akiva había sido el acuerdo al que habían llegado.
Pero nada podría haberle preparado para lo que el destino tenía para él.
Casi una semana había pasado tras cerrar el trato, esperando sentado frente a la puerta del apartamento a que Akiva regresara, hasta que la mañana del 11 de Febrero del 2018 el detective que había estado a su lado apoyando la búsqueda de su hermano le pidió que le acompañara y él en la ilusión de que irían camino a encontrar a su hermano, aceptó.
Le encontró, si. En la mesa de trabajo de la morgue judicial. Se había quitado la vida con un disparo en la frente.
Tuvo que hacer el proceso legal mas tedioso que había hecho en su vida para poder tomar a su hermano y llevarle a casa.
Su familia y unos pocos amigos se reunieron en aquel templo que solían cuidar de niños para despedirle.
Ni siquiera se dio el tiempo a guardar luto al haberse perdió a si mismo en una espiral de alcohol, drogas y peleas, envenenado en rabia y coraje estando mas que dispuesto a encontrar a quienes le arrebataron a la mejor mitad de su alma. Sediento de cobrar venganza.
Asesino a cada uno de los hombres que encontró en aquel almacén abandonado sin piedad alguna. A unos les golpeo hasta la muerte con sus propias manos y otros cayeron bajo el cañón del arma que había sido encontrada en la mano de su gemelo.
Estaba exhausto. La sangre ajena que había salpicado su rostro y manchaba sus nudillos se entremezclaba con la propia que manaba de su nariz y el labio roto.
Pero aun así se las arreglo para llegar hasta la ultima habitación, para encontrarse cara a cara con el encargado de toda aquella red de extorsión a quien se acerco a paso tranquilo, sonriendo de oreja a oreja y alzo el arma apuntándole entre ceja y ceja con el frió metal mordiendo su piel.
Una ironía que le hizo echarse a reír, ese pobre diablo que había cometido el error de meterse con él había tenido el mismo destino al que condeno a Akiva.
Al girarse, sin remordimiento alguno de la sangre que ahora ensuciaba sus manos se vio de frente al ultimo de los bastardos que había golpeado para llegar ahí, aun en pie con un arma apuntándole.
Pero lo imprevisto sucedió, colocó el cañón en su sien y aun con la sonrisa socarrona y cruel fue que encontró a la muerte bajo su propia mano
Especie: Sinner
Pecado: Ira
Edad: 34 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 17/03/2018

Nombre: Evangeline Dahl Kovalenko (OCUPADA)
@LinxllxhWV
Avatar: Natalie Dormer
Enfermedad Psicológica: Piromanía
Historia: Era tan solo una pequeña cuando había tomado la decisión mas importante y horrible de su vida, dejar a su pequeña hermana Gwen en un orfanato.
Pero es que dejarla en aquel ambiente de casa no era lo mejor para una bebé y menos si tenia que ser ella la que la cuidara pues una niña no podía cuidar de otra y al mismo tiempo, un padre alcohólico
Pero hubo momentos en los que quería salir corriendo de esa terrible casa, ir por su hermana y desaparecer de la faz de la tierra. . . mas todo era siempre un sueño. Los abusos de la infancia y adolescencia fueron los mas terribles pues eran físicos y mentales, golpe tras golpe y palabra tras palabra. Pero siempre dolía mas una palabra y es que era literal. Los golpes que la dejaban marcada no dolían para nada y aquello no le preocupaba a Eva por el hecho de que eso casaba mas a su abusivo padre: " ¿Te crees muy lista? ¿Crees que no sé que te duelen mis golpes?" pero en realidad no había dolor.
Se mudo a Kiev entre la edad de 15 a 18 años. Donde finalizó sus estudios pero encontró otro desperfecto en ella. El fuego era algo que desde muy pequeña le llamaba mas lo ignoraba pensando que era una etapa pero ahora, aquel fuego se volvía su pasión y su seducción. Comenzó por quemar cosas pequeñas, iba al bosque y hacía pequeñas fogatas para quemar lo que ahí encontraba, prendía algo en las esquinas de las paradas de bus y es que había cogido la maña de hacerlo muy seguido hasta que se mudo a Ucrania.
Ucrania fue su salvación. Primero llegó a su vida la universidad y es que era muy buena en lo que hacía. Su pasión era la literatura y la cultura así que en eso se enfocó . Hubo momentos de tranquilidad en donde el fuego estaba en paz, cómo las brasas cuando comienzan a apagarse y no hay mas que hacer pues no puede ser avivado.
Entre la edad de 20 a 26 tuvo varios accidentes, los tratamientos contra aquella enfermedad extraña le estaban cobrando días de su vida aunque eran pasajeros pero algunas veces terriblemente graves cómo aquella gripe extraña que tuvo por comer carne. Unos meses en cama y perdiendo de estudiar y trabajar pero eso no la detuvo y al final, mantuvo su promedio bien alto y se graduó con honores.
Cursaba un doctorado en Literatura y Estudios Medievales / Neo-latinos. Aprendía demasiado rápido pero en todo aquello y su perfección. La rubia mantenía su mente pensativa en su hermana ¿que podría estar haciendo ahora mismo? ¿Tendría una buena familia? y esperaba que su padre no la hubiera encontrado. Realmente esperaba que tuviera una mejor vida olvidando lo poco que una niña pequeña podía recordar.
Mientras cursaba su Doctorado, encontró el amor en una mujer y ella mas que nada, estaba asombrada que el amor podía encontrarse en donde fuera. En esos tres años próximos de su vida obtuvo mucho mas que conocimiento en su materia. Heridas y mas heridas. Pues su pasión por el fuego había regresado peor que nunca y es que ahora le llamaba, le gritaba con una apoderamiento excesivo.
La chica que se mantuvo a su lado tantos años, luchaba por encontrar alguna cura para aquellas dos enfermedades pues con el paso del tiempo, la rubia decaía mas. El no sentir dolor comenzaba a afectar su vida pues simples cosas que podía aliviar las dejaba pasar y eso era un problema mayor cuando ya todo estaba muy avanzado.
Estaba cansada de ver a su pareja llorar y sufrir lo que ella no podía, las horribles cicatrices de problemas con el fuego y el constante sufrir de Eva porque algunos días eran difíciles de sobre llevar.
Aquella tarde de invierno, la chimenea estaba encendida y ambas dormían plácidamente pero las voces en su cabeza regresaron. Lo peor era que ella no sufría de esquizofrenia, por lo que no podían darle medicamentos para dichas voces así que Eva creyó que era el mismo fuego el que le hablaba, el que le hacia caer en aquella tentación, la seducción por parte de ese elemento que tanto admiraba y lo atrayente que podía ser una vez se propagaba sobre todo lo que tocaba y es que era admirable que no había miedo en el fuego y esa potencia, esa seguridad y esa especie de querer tenerlo todo, era algo que Eva quería en su vida.
Y así, la rubia terminó con todo.
Sonriendo entre las llamas, la mujer sentía la adrenalina y el deseo de ser fuego , el placer de verlo todo arder hasta ella misma y aquella mujer que amaba pero es que amaba mas el elemento puro que podía destruir todo. Eva terminó su vida justo cómo la comenzó, en un grito pero esta vez de satisfacción, llevándose no solo su propia vida si no la de un amor que no supo valorar.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 29 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 30/06/2017

Nombre: Ingram Morketh (OCUPADO)
@BlxckRaven_WV
Avatar: Austin Butler
Enfermedad Psicológica: Trastorno negativista desafiante y síndrome de Procusto
Historia: Con tres gotas de sangre manchando la nieve se comenzó a escribir lo que sería la trama que manejaría por completo su vida.
Ingram nació en uno de los países nórdicos que encabezaba la lista de los mejores para vivir, pero hubiese sido grandioso que alguien se lo hiciera saber a su hermana y a él, que desde la declaración de su enfermedad pocos rayos de felicidad lograron disfrutar.
Como en muchos casos cuando este atacaba en la infancia, los primeros síntomas de su enfermedad no fueron tomados con la gravedad que realmente tenía por el señor y la señora Morketh, descubriendo tardíamente que el menor de sus dos hijos, quien prontamente cumpliría cinco años, padecía de un cáncer a la sangre.
A pesar de tratarse de una familia, si bien no acomodada, de una situación económica estable, se vio azotada y apremiada gracias al repentino diagnóstico y su costoso tratamiento, aún así, ante las grandes probabilidades de resultar efectivo invirtieron sus ahorros en los exámenes y medicinas requeridas hasta que la leucemia solo pareció haber sido un mal sueño y sus cuentas bancarias casi vacías tuvieron al fin un respiro y la esperanza de ser recuperadas.
Los malos tiempos aparentemente habían quedado atrás. Elektra (véase ficha de elementals) e Ingram, los únicos hijos del joven matrimonio, siguieron creciendo entre las competencias de sky, las luces del norte y la amabilidad de sus compatriotas noruegos. Sin embargo, la tranquilidad solo fue una breve pausa entre cambio de escena.
Cumplido los diez años y sin razón aparente, Ingram comenzó a sangrar en medio de la noche. La hemorragia nasal no lograba detenerse con nada, acabando en el hospital por el lado de emergencias solo con su madre mientras su padre se quedaba con su hermana fuera, esperando que saliera en solo unas horas que se convertirían en días. La leucemia había vuelto, pero esta vez requeriría de radiación y más tarde un transplante de médula que no serían gratis.
Cuando comenzaron el menor no lo sabía, pero las discusiones entre sus padres dejaron de disimularse en algún momento. Ya no se encerraban en la habitación matrimonial o salían al jardín para hablar en un tono moderadamente bajo, simplemente las tenían sobre sus hijos fuese en casa o en el mismo hospital. Fueron primero económicas, luego alegando desinterés y descuido, aunque ambos sabían que debían seguir trabajando para poder mantener el tratamiento. Si bien el hermano de Elektra no pasaba todo el tiempo internado sí debía estar ahí cada semana para sacarle muestras de sangre y someterse a la quimioterapia cada cierto tiempo.
Todo el proceso pasó a ser algo mecánico. Yendo lunes tras lunes a que las enfermeras le picaran por donde pudieran para extraer sangre y los doctores tocaran por todos lados sin poder decir con certeza si mejoraba o solo se mantenía, pronto se vio desafiando a los de blanco. Su incompetencia le parecía brutal, ya debían extraerle muestras desde los tobillos gracias a la delgadez de sus venas y aún así no tenían claro si el chico de doce años moriría en dos días, dos meses o en dos años.
Cuando su madre rechazó, a petición suya, seguir tratándole, las cosas entre sus padres terminaron por quebrarse, solo viéndose por sus hijos.
Contrario al pronóstico, las hemorragias no volvieron y su piel abandonó el pálido enfermizo para parecer vivo otra vez, pero algo más se había dañado dentro de él.
Volviendo regularmente a clases comenzó a ser competitivo, queriendo destacar en todo lo que podía y aborreciendo quien se pusiera en su camino robándole lo que le pertenecía por derecho. No quería seguir siendo el chico enfermizo que se cansaba hasta jugando a los naipes, necesitaba eliminar esa imagen y enterrarla profundo en la nieve.
Siguiendo lo que a Elektra y a él les gustaba casi desde la cuna, se inscribió en cuánta competencia de sky encontraba con su viejo equipo, imaginando estar en los Juegos Olímpicos de invierno compitiendo gracias a auspiciadores dentro de unos de años.
Fue en una práctica cuando por querer superar al que le estaba quitando el primer lugar que se dio mal un golpe, yendo a parar al hospital con una fractura que no consistía con el impacto de la caída y su pesadilla volvió.
El cáncer estaba afectando sus huesos silenciosamente y el cansancio no se debía a lo duro de los entrenamientos.
Llorando de la impotencia atacó a cuánto médico se le acercó, encontrando al fin un lugar donde su cuerpo no siguiera siendo su enemigo.
Especie: Sinner
Pecado: Envidia
Edad: 18 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 28/11/2019

Nombre: Felipe Castellanos (OCUPADO)
@OrdenDelCaos_WV
Apodo: Pipe
Avatar: Dan Reynolds
Enfermedad Psicológica: Trastorno de identidad disociativo
Historia: —5, 6, 7, 8... —el pequeño se giró sonriendo, mientras un barrio vacío le daba la bienvenida a una búsqueda intensiva de sus compañeros.
Uno a uno fueron saliendo de sus escondites y corriendo hacia el poste que previamente había recibido el conteo secreto del jovencito.
—Bien, sólo falta Felipe —se vitoreó alegre, pues ya estaba a punto de coronar su partida en "las escondidas". Durante bastante tiempo buscó a su hermanito, corrió primeramente con desconfianza para evitar tener que contar nuevamente; pero Felipe parecía haber sido tragado por la tierra. Pronto, todos los niños del barrio se pusieron en la tarea de encontrarle para poder continuar el juego, pero no estaba.
—Felipe rompió las reglas y se salió del barrio —comento uno de sus amigos.
—Si hizo eso... No podemos buscarlo. Nosotros no podemos salir —respondió otro, mientras miraban todos juntos el final de la calle, pero el hermano mayor no se rendiría tan fácil. Ya preocupado, se paseó nuevamente gritando que el juego había terminado y que ya podía salir, pero no parecía funcionar. Una hora más tarde, los niños continuaban jugando tranquilamente, mientras el hermano en su desesperación volvía de la zona más cercana fuera del barrió.
—¡Es que no sé, mami! E-e-estabamos jugando afuera y yo le dije a Felipe que se escondiera y, y, y el corrió a esconderse, pero n-no vi. Yo estaba contando y ahora no esta —comentó en medio de un llanto amargo, a lo que la madre se apresuró a la calle con cinturón en mano dispuesta a golpear brutalmente a Felipe por desobedecer.
Pero no todo salió como la joven madre cabeza de hogar creía, el niño no apareció. Dos horas después de aquel juego, Felipe no parecía haber dejado rastro alguno y la iracunda madre ahora se despellejaba en desesperación y angustia por su niñito. Todo el barrio lo buscó, la noche cayó junto con todos los habitantes cooperando en búsqueda de Pipe, pero aquel inocente infante nunca más volvió a caminar esas calles junto con sus canciones infantiles y sus pasitos lentos y distraídos. La madre nunca más volvió a perseguirle hasta la carnicería con cinturón en mano sabiendo que el pequeñín no vendría con el pedido por dulces y juguetes, el hermano nunca más volvería a culpar al chiquitín por sus propias faltas para salvarse y luego correr en salvación de la ira ciega maternal.
Al otro lado de la ciudad, el pequeño Felipe se dirigía en un enorme auto lujoso hacia una mansión impresionante, mientras sus manitos sostenían el caramelo que le había incitado a acercarse a semejante maquinaria automotriz.
—Ya no quiero jugar más, quiero ir con mami —comentó al musculoso sujeto que conducía, para recibir un silencio sepulcral como respuesta y una mirada fría.
—Por favor... Quiero a mami —recalcó en un tono de voz más fuerte, por lo que el carro se detuvo abruptamente y bajó la ventana del conductor. El pequeño se dirigió rápidamente a la puerta para abrirla, pero no importaba lo que hiciera para que la puerta cedería si el grandote no quitaba el seguro.
Unos tacones sonaron afuera mientras el niño rompía en llanto, la puerta se abrió y una mujer en total elegancia sonrió mirándolo.
—Perfecto. Buen trabajo —comentó con una sonrisa satisfecha al conductor, para tomar la mano del infante y sacarlo de un movimiento del carro. Lloró, pataleó, gritó e hizo todo lo humanamente posible para alejarse de aquella mujer, pero el conductor le tomó por la cintura y lo llevó con total facilidad hacia el interior de la casa.
—Bien, anota nombre, edad, color de ojos piel y cabello, estatura y peso; agrégalo al catálogo junto con una foto y a repartirlo con nuestros compradores. Seguro sale algo bueno.
La mujer entregó una carpeta al conductor, mientras el pequeño lloraba sentado en una silla y mordía su camisa. Su vida cambiaría, sus ojos presenciaban como la crueldad humana superaba los límites que su inocencia podía imaginar y aquello era sólo el principio, le faltaba conocer a los compradores.
—Ojos oscuros, cataño, 5 años, llorón pero con un par de golpes se calla rápido, 90 cm de alto, parece que no tiene mañas ni nada. Esta bien cuidado —con el desfile organizado, el pequeño Felipe caminó en medio de un llanto silencioso al centro de la sala, mientras varias personas que desconocía le miraban fijamente como si esperaran que hiciera un truco.
—Me interesa —se escuchó al final de la sala, mientras el hombre que había hablado se acercaba lentamente al niño y lo tomaba por el mentón. Admiró a la inocente criatura, abrió su boca para comprobar el progreso de su desarrollo y le hizo un rápido chequeo antes de sonreír y erguirse para tomarlo de la mano.
—Lo quiero —mencionó sin más, por lo que unos enormes tipos lo alzaron de nuevo para introducirlo en la habitación donde había estado esperando y suplicando por su madre. Unas horas más tarde, el niño apreciaba su nuevo hogar con ojos tristes, mientras abrazaba un oso que había llegado a sus manos unos minutos antes y caminaba de la mano del hombre que lo había adquirido directo al infierno. Aquel licencioso sujeto habría de realizar las más inmundas fantasías con el pequeño niño, haciendo de la criatura su sirviente personal y esclavo sumiso en cada una de las funciones que él no deseaba hacer. Desde lavar ropa, arreglar la casa, el jardín y otras funciones caseras hasta complacerle en deseos lujuriosos y macabros, Felipe creció en aquella tortura diaria hasta alcanzar los 12 años. Allí, las comunas empezaban a sufrir los duros azotes del narcotráfico y sus despiadados autores, que hacían del lugar una verdadera guerra de puertas para fuera.
—¡Felipe! ¡Felipe, ome! ¿no escuchas que están tocando? Eh, que cosita tan berraca contigo que siempre estas en otro mundo, todo distraído y bobito. ¡Concentrate, pues! —gritó el patrón desde adentro, mientras se dirigía lentamente hacia la cocina, donde el chico batallaba por salir de uno de los enormes cajones de la cocina.
—Qué pena, don Jorge. Usté me dijo que limpiara esta vaina por dentro y ya no pude volver a salir. Eso esta todo lleno de tubos y la verdad es que ya no quepo —se disculpó junto con un ademán de molestia, mientras una bofetada atravesaba su mejilla y un empujón lo direccionaba hacia la puerta.
—¡Deje la maricada y más bien abra la puerta, chino huevón! —
Y tal como la voz de mando ordenó, Felipe se encaminó hacia ella y la abrió rápidamente, para recibir a unos sujetos no muy amigables con armas en las manos.
—Hola, chiquillo. ¿Tu Papi esta? —cuestionó el jefe empujándole a un lado para entrar. Estupefacto, Felipe negó sin separar la mirada.
—Él no es mi papá —dijo mientras señalaba la sala donde el patrón leía el periódico.
Los sujetos se acercaron a él mientras el hombre cuestionaba al chico sobre la identidad de la visita, hasta que un manotazo lo separó del periódico.
—Que pena don Jorge interrumpirle, pero vengo por mi billete y de aquí no me voy hasta que me lo de. Usted sabe que al patrón no le gusta esperar y ha sido muy paciente con sumercé, ¿cierto? —el sujeto del arma se sentó justo enfrente, mientras un manojo de nervios llamado Jorge se revolvía en su asiento mirando las pistolas. Balbuceó excusas baratas en medio de un sudor frío, lo que inexplicablemente deleitaba los sedientos y vengativos ojos del menor.
De pronto, un golpe fuerte estremeció el suelo y un cañón se dirigió a la calva del propietario del lugar, un sujeto agarró al niño por las manos y lo arrodilló frente a su patrón.
—¡pagame pues lo que me debes o le vuelo la cabeza! —comentó apuntando inesperadamente a Felipe. El tipo negó varias veces asustado y suplicó piedad.
—Le-le, le propongo un trato, ¿si? C-como no tengo la plata aquí, pues llévense al chino. Es obediente, sabe cositas, aprende rápido y mírelo, jovencitico —el del arma lo miró con confusión, mientras el corazón de Felipe crujía. ¿Qué significaba eso?
—¿Escuchaste pues, pelao? Tu papito prefiere regalarte que pagar... Ahí esta pintado
Pero el otro interrumpió mirando al chico. —Es que él no es mi hijo... Y-yo lo compré para que ayudara en la casa y eso ¿cierto? —se disculpó poniéndose de pie como el arma le ordenaba. Felipe tuvo que imitarle, mientras luchaba con aquella extraña sensación de traición y abandono. ¿Y acaso Jorge no era su pesadilla? Dos tiros en el pecho eliminaron al sujeto del juego, mientras un grito y un sobresalto alertaban al asesino de la presencia del chico.
—¿Q'hubo pues pelao? Salí que tu ya no vivís aquí... ¡Y ustedes idiotas revisen todo y cojan lo que se vea carito a ver que dice el patrón!
Y con ese inesperado y atemorizante giro, Felipe se hallaba ahora en una nueva mansión mucho más increíble que la de Jorge y llena de escoltas armados. No tenía que ser un experto para saber que se trataba de un narco.
Entró con las manos en la cabeza y un sinfín de mujeres en traje de baño le recibieron junto a una piscina que en su vida hubiese imaginado que podría presenciar. El sujeto en cuestión era alias El Mexicano y no parecía muy amable.
—¿¡Y ustedes aceptaron un culicagado huevón en vez de mi plata?! ¡Imbéciles! —gritó enojado, mientras Felipe le miraba de reojo intentando contener el ataque pánico que lo llenaba.
El mensajero argumentó que las órdenes que previamente había recibido era dinero o sangre, por lo que lo había matado y además había traído varias cosas... Entre ellas a Felipe.
—¿y sumercé que putas cree que haré yo con ese chino? ¡Quitá entonces el letrero de la finca y ponele "se adoptan chinos por caridad"! —y con eso, Felipe terminó encadenado al establo frente al Mexicano que le miraba fijamente junto con otro hombre.
—Pues patrón, siéndole sincero, yo creo que el chino tiene madera pa' esto. Es que le mataron al viejo y ni una chilladita, no dijo ni mú y ahí esta. Además esta pelaito y se puede entrenar y todo el cuento, y como esta solo pues no le queda de otra que obedecer. A mi me parece que el calvo no la cago tanto con este —
Felipe suspiró ante aquellas palabras, pues sumaban un puntito en favor de su supervivencia. El Mexicano lo pensó una eternidad antes de acercarse a él y agacharse a su altura.
—¿Cómo se llama?
—Felipe, Felipe Castellanos
—¿y cuántos años tiene, mijo?
—doce.
—Pues hermano, no me queda de otra que decirle bienvenido a las filas de Gonzalo Rodriguez Gacha, alias el Mexicano.
Y así, el niño se convirtió en un hombre. Su adolescencia la pasó en una pelea intensa con sus entrenadores por sus pocas ganas de unirse al sicariato y ceder a ser asesino a sueldo.
Finalmente, logró apañárselas para quedar como administrador de un bar de la zona, que no servía para nada más que hacer de tapadero a lo que realmente vendía: mujeres, armas, drogas y asesinos.
El renovado alias "Pipe" (si, no pensó mucho ese asunto) se sentía conforme con su tarea. Era casi como tener un negocio común, a excepción de la mercancía, y calmaba un poco su consciencia.
Y como ya se ha presenciado antes, los momentos buenos nunca duran y esta no era la excepción, pues un extraño cliente llegó a sus puertas a cambiar su vida.
—Quiero una señorita.
—Bien, sea más específico que en un puteadero sólo con eso es como difícil —contestó divertido, mientras una enorme maleta se estrellaba en su mesa llena de dólares.
—Quiero una señorita que sea preciosa, tetona, buen culo y lo más importante, le pagaré cuanto me pida si puede garantizarme que esa mujer me hará volverme loco de placer. Soy exigente —finalizó cambiando su postura en la silla, mientras Pipe le miraba algo sorprendido y se dirigía hacia la maleta.
—Bueno... En esos términos sí que podemos llegar a algo bueno. Vos no te preocupes que yo lo que manejo es calidad garantizada ¿cierto? —comentó con una sonrisa divertida, mientras mandaba a llamar a una de sus trabajadoras con su ayudante.
—¿quién me garantiza que conseguiré lo que busco?
—yo.
—¿bajo qué criterio?
—a ver, ome. Para trabajar aquí, yo tengo que asegurarme que le estoy dando al cliente lo que viene a buscar...
—Eso quiere decir que la chica debe acostarse con usted antes de laborar oficialmente.
Pipe se rascó la nuca con una sonrisa divertida.
—Pues si —la joven mujer entró a la habitación con una lencería de encaje y una actitud arrebatadora. El sujeto la revisó y volvió a sentarse frente a él.
—Esa no.
—¿por qué?
El sujeto la señaló con desagrado mientras negaba.
—Esta operada.
—Pues si, la mayoría lo esta. Es que encontrar un bizcocho como vos la querés es muy difícil natural.
—Por eso le pago, señor. La quiero natural... Y virgen.
Pipe ya veía difícil lo primero, pero cuando terminó su frase, sus cejas parecían en una lucha por alcanzar el cuero cabelludo y su boca se descolocó por completo.
—Mira que ahí si me la pones color de hormiga. Tetona y con buen culo al natural ya es berraco, pero conseguirte una vieja así, que te complazca en la cama como vos querés garantizada y virgen... Eso ya se me sale de las manos. —se encogió de hombros e hizo un ademán para que retiraran a la joven de la habitación, para sentarse en el borde del escritorio en el lado del cliente y cruzarse de brazos.
—vos entenderás que una virgen no te la puedo garantizar. Como puede que salga bien, puede que no.
—Bueno, ese es su problema. Mi dinero ya esta en su mesa, lo espero.
Y así como pretendía negarse, así mismo los dólares le convencieron.
Inmediatamente tomó su camioneta y se dirigió a sus contactos en las comunas con el insólito pedido. Ellos, por su parte, argumentaron fervorosamente la imposibilidad del pedido, pero una vez más el efectivo cumplió su tarea.
Así, varias mujeres llegaron al lugar para audicionar y quedarse con el botín, pero aquello se complicaba por las condiciones del cliente. Pipe lo resolvió con una puesta en escena donde mostraran lo mejor que pudiesen atender a un hombre, siendo esto bastante ineficiente sin un sujeto en cuestión, pero no parecía haber opción alguna.
El día llegó, la elegida esperaba y el vendedor se removía ansioso porque el cliente llegara. El tipo se ubicó en el sofá de piel de la oficina interna, mientras Pipe le recibía con una sonrisa y un apretón enérgico.
La joven apareció con las característica deseadas, él la examinó siendo detenido cuando intentó tocarle.
—Primero se paga y luego se toca —comentó Pipe desde su mesa, para recibir el maletín con uno de sus hombres y comprobar su contenido.
—Se me ha ocurrido algo... Le pagaré el doble si viene conmigo.
—¿Qué?
—He sido bastante claro. Le pagaré el doble si usted viene conmigo y me acompaña en mi noche con la jovencita.
—Emh, jeje. Este, comprenderás que yo nunca, eh, nunca negocio conmigo, ¿cierto?
— ¿Cuánto es su precio?
Esta vez, Pipe se mantuvo serio como si aquel sujeto no entendiera su idioma. Se removió mirando a la joven que se veía igual de estupefacta que él y murmuró.
—No, no hay precio. ¿Entendés?
El sujeto lo miró fijamente, asintió y tomó a la chica de la mano, para salir de la habitación directo a sus carros. Un segundo antes, se detuvo.
—Cuando trabaje para mi, no tendrá mucho de donde elegir.
Comentó en tono mordaz, para salir del establecimiento y marcharse. Pipe no entendía nada, no sabía que pensar en cuanto al extraño sujeto y menos sobre sus palabras, pero se consolaba a sí mismo con no volver a verlo. Sin embargo, aquella mentira no pasó a ser más que eso, el sujeto volvió y muy seguido, le buscaba con su típica frialdad y misterio, pedía sus servicios pero secretamente parecía exigir algo. Atacó varias veces, encontrándose con un desarmado Pipe que no tenía mucho para reaccionar, el sujeto le aprisionaba entre la pared y el cañón de su pistola sólo por el simple placer de verle colapsar hasta un fatídico día donde su mano chocó con la camisa ajena y lo mandó contra la pared trasera de su oficina.
—En todo esto, no entiendo porque nunca ha actuado contra mi, ¿por qué no lo hace? —susurró caminando de lado a lado con la pistola en su mano. Pipe miró el arma en respuesta a su pregunta mientras se incorporaba.
—No suelo atacar a los que me dan de comer y... Vos tenés un cañón de ventaja.
El otro sonrió divertido, acercándose al joven aún en la pared y poniendo su arma en el cuello ajeno, mientras le miraba fijamente... ¿qué tanto miraba? ¿por qué así? El cañón acarició la mejilla ajena, Pipe se estremeció por la frialdad del metal hasta que algo más robó su estupefacción: Pablo le había besado. Pipe se mantuvo en su sitio mirándole, mientras el sonreía y recostaba su cabeza en su hombro.
—¿Qué fue eso? — comentó después de un rato, notando que el joven lloraba en silencio sobre sí. Estaba intentando asimilar todo, pero nada tenía sentido. Le permitió reponerse a su ritmo y se mantuvo en su posición, hasta que sintió como el arma golpeaba suavemente su pecho.
—Estoy hasta la mierda de mi azuquitar... Lo siento, perdóname —susurró, se separó de él y salió del lugar dejando a Pipe en la más grande crisis existencial desde que tenía memoria.
El tiempo pasó y Pablo siguió viniendo a reforzar aquel nuevo nivel de intimidad que secretamente fluía entre ambos hasta crear un lazo entre ambos único. Pipe dependía tanto de Pablo como éste de Pipe al punto que las ausencias de ambos eran insoportables, Pipe se perdía algunas semanas sin explicación alguna y Pablo sufría en silencio gracias a largos periodos indefinidos que no podía reclamar por miedo a alejarle de algún modo.
Pero la vida del narcotráfico es corta, los capos mueren y las organizaciones se desintegran. Un sujeto en el periódico alertó al joven Pipe de que algo no iba bien, pues un sicario de las filas de El Mexicano había cometido un crimen terrible que marcaría el final del reinado del cartel de Medellín. Alias "Raynold" había eliminado del mapa a un cabecilla que dominaba gran parte de las finanzas de El Mexicano, ocasionando un colapso y una guerra interna entre el cartel que amenazaba a todos. Raynold ahora buscaba refugio donde fuese, tenía que huir.
—Buenas, estoy buscando a alias Pipe, no sé si sepan algo o... —su arma pasó por su creciente barba, mientras esperaba respuesta de los trabajadores de Platino, el bar de Pipe.
—Ay, pero si es bobo. Pase más bien y déjese de maricaditas —contestaron los guardias, mientras el sujeto pasaba con extrañeza al interior del lugar y admiraba todo con satisfacción. Strippers a diestra y siniestra rodeaban el lugar, mientras algunas pre-pago lo rodeaban ofreciendo sus servicios. Aunque Raynold realmente estaba interesado en lo que sus ojos veían, tenía un objetivo en mente y tenía que encontrar al sujeto que le salvaría la vida.
Pipe se encontraba en su oficina leyendo los diarios, mientras el titular de la muerte de uno de sus colegas se anunciaba en primera plana y se ponía una foto del culpable. Pipe la miró fijamente anonadado, mientras repasaba una y otra vez las facciones ajenas y llamaba a sus ayudantes.
—¡Vení, vení pues ome! —gritó alertando a varios, mientras mostraba la foto aterrado y gritaba anonadado.
—Este man es igualito a mi, ¿no? —comentaba entre fascinado y asustado, mientras los demás le miraban con el ceño fruncido. El tipo parecía salido de sus casillas mostrando la foto a todos e imitando la expresión en la fotografía hasta notar un detalle macabro: el parecido era realmente increíble... Demasiado.
— Esto si esta como raro, ¿no? —comentó después, mientras los otros reían y volvían a sus puestos burlándose de Pipe. El jovencito miró la foto sintiendo un frío correr por su espalda, mientras se iba hacia el espejo de su oficina y miraba más que aterrado que fácilmente podrían confundirlos.
—Veo que ya te enteraste... Qué bueno porque no lo quería volver a contar —susurró una voz idéntica a la suya tras de si. El reflejo del espejo parecía salirse de allí y esperarle en la puerta, mientras el joven se giraba lentamente y lo admiraba. El otro se acercó para quedar frente a frente, sonriendo divertido y dejando sus armas en el escritorio contiguo.
—Impresionante, ¿no? También me aterré cuando te vi por la casa del patrón —comentó con una sonrisa, mientras Pipe parecía deshacerse sobre sí y sentía su almuerzo en la garganta. Tocó la mano ajena y el frío entró por aquel tacto para helarle hasta los huesos.
—Te he aguantado tanto tiempo con tus jueguitos y tus pendejadas... Tu vida tan maravillosa y simple. ¿Por qué me dejaste lo más difícil a mi, Pipe? ¿Por qué eres tu el que disfruta de todo esto y soy yo el que corre por las calles por su vida? —susurró al oído del joven, mientras este retrocedía y negaba.
—Yo no sé quién eres.
—Si, si sabes. Y es hora de cobrar por tus abusos, Felipe. Ahora me toca a mi —El otro pretendía esconderse de sus crímenes tomando la vida de Pipe, pero eso significaba sacrificar más de lo que estaba dispuesto. Pablo, su negocio, sus amigos, las jovencitas que ayudaba día a día a su modo... Sin mucho que poder decirle al envidioso sujeto, ahora Pipe se encaminaba hacia una moto con tres pistolas en su cintura. El otro le había dejado sin fuerzas para luchar y sólo podía sollozar en silencio mientras se despedía de lo que conocía... Su vida tranquila se quedaba a cada paso que daba y ahora debía afrontar lo que el tal Raynold había hecho.
Así, Felipe Castellanos fue vilmente acribillado por su propia gente, su traición no pasaría por alto ante su majestad el patrón y todo acto tenía sus consecuencias. Felipe vio como Raylond se apropiaba de todo su mundo sin más y le revelaba ante sus ojos la verdad, mostraba todo aquello que Felipe había querido ocultar y había dejado en manos del otro para que se encargara, ahora ambos chocaban con lo que ocultaban, con los sentimientos que su egoísmo había desatado y el dolor que Raynold guardaba al ver que Pipe parecía vivir solo. Fueron aquellos deseos que condenaron a ambos a cargar con un par de alas negras enormes, donde su castigo eterno sería vivir con aquello que los mató.
Especie: Sinner
Pecado: Envidia
Edad: 26 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 15/12/1988

Nombre: Margarita Barzini (OCUPADA)
@NevaehB_WV
Apodo: Nevaeh
Avatar: Camila Cabello
Enfermedad Psicológica: Hipersexualidad y Trastorno de Identidad Disociativo
Historia: Dicen que, las cosas verdaderamente malvadas comienzan siendo inocentes, y la vida de esta joven es el porqué de la existencia de esa frase.
Margarita Barzini, su vida inició como cualquier otra, con un fuerte llanto tras salir del vientre de su madre, Margarita al estar con esta era una chica tranquila y a su vez curiosa, le gustaba explorar lugares en busca de algún tesoro, adoraba realmente a su progenitora al igual que a su hermana, Heaven (ver ficha en Ángeles), ambas eran muy unidas, aunque todo eso cambió.
Al cumplir su séptimo cumpleaños, Margarita se encerró en un armario, este tenía vista hacia fuera debido a que era de rejillas. No se esperaría lo que pasaría, bien dicen que la curiosidad mató al gato. Su inocencia desaparecía al ver como su antecesor violaba sin compasión a su otra mitad, parecía no importarle que fuera su hija ya que se veía como disfrutaba plenamente de hacerlo, no se podía decir lo mismo de Heaven que estaba asustada por lo que acontecía. Se perdió a si misma por completo al ver como su padre, asesinaba a sangre fría a su madre, ver que esta no reaccionaba causó que el corazón de la misma se rompiera en dos, quería llorar pero se lo aguantaba, ya que no quería ser descubierta.
Después de los sucesos de aquella fatídica noche, Margarita cambió completamente. Comenzó a desarrollar una segunda personalidad en base del apodo que se le había dado; “Nevaeh”, el nombre que tenía su hermana pero al revés, ella misma pidió que fuera así y su progenitor no se negó de todas formas. Esta nueva personalidad era fría, calculadora, seca con todo el mundo, lograba sacar lo peor de la niña, sitiándose atormentada todo el tiempo, cuando era consciente de ser Margarita había lagunas mentales por las cuales no entendía que había hecho o el porqué de las heridas que muchas veces su cuerpo presentaba, Nevaeh, su otra cara, solía hacerse daño a sí misma.
Comenzó a dañar a los demás a la edad de diez años, la noche de navidad de ese mismo año, la joven se encontraba vagando por los pasillo del en aquel momento club nocturno en pleno centro de sojo, sonidos le habían despertado y hecho abandonar la cama de su fría y deteriorada habitación, como su curiosidad lo demandaba, debía encontrar un motivo para volver a dormir. Margarita estaba en aquel momento tomando el dominio del cuerpo, en cuanto se acercó a esa parte “prohibida” que mantenía su padre como un despacho, pudo apreciar la luz salir de allí, era tenue, de repente en el lugar reino un extraño silencio, sin poder evitarlo se acerco sigilosamente, quiso dar un vistazo rápido, pero en aquel momento un grito se escucho, en vez de huir o ella misma desentonar un alarido agudo, se quedo quiera por un momento, como congelada, su oso de peluche que llevaba con ella a todas partes cayó al suelo y Nevaeh hizo presencia, admirando como dentro de aquella habitación un hombre yacía en una camilla, atado de brazos, piernas y cuelo, a pesar de la distancia en la que se encontraba, noto como se le había retirado los parpados a aquella persona, la mutilación le llamo la atención y decidió proseguir con su observación, apreció como su padre tomaba una daga, la había visto muchas veces antes, aquella que estaba exhibida en las estanterías de esa misma habitación, mango dorado y de una hoja especial, grabada especialmente, mantenía allí el nombre de la difunta madre y ambas niñas, “Millie & Margarita”, la infante rodó los ojos por ese dato, vio como el hombre trazaba algunas líneas sobre el pecho del inmovilizado, la sonrisa sádica que este mantenía y los insultos en italiano hicieron elevar una de sus comisuras muy apenas notorio. Cuando los alaridos acabaron ella se disponía a irse pero un fuerte tirón de cabello se lo impidió, al darse la vuelta su progenitor se encontraba viéndole fijo, creyó quizás que iba a hacer algo peor pero solo soltó un “¿Mañana a la misma hora?” invitándola a participar de aquellas torturas. Y a la otra noche era ella quien marcaba la piel de una mujer, que se había descubierto estaba embarazada, arrebato la vida de la misma, sin dudar y sin demostrar sentimiento alguno por ello.
A esas atrocidades le siguieron mas, la joven aprendió sobre cualquier tipo de torturas desde entonces, disfrutaba de dañar, no solo físicamente si no llegar al punto de quebrarlos psicológicamente que prefirieran la muerte antes que otra cosa. Adquirió del arte de la seducción, persuasión, usar su cuerpo como un arma, desde lo más físico como sus atributos hasta lo más intangible como volver aterciopelada su voz. Asesina, chivo expiatorio, mercenaria, fueron algunas de las atribuciones que ella misma se hizo, trasportar droga, cerrar tratos, mantener el negocio. Se convirtió en la afamada “princesa italiana” claro que no de las que levaban corona, no, más bien por su avidez para ser la cabeza de aquella organización, incluso algunos dijeron mejor que su padre.
Pasaba el tiempo a la par que la niña había crecido, se introducido del todo en aquel mundo de mala gente, Nevaeh se apodero en parte de la mente contraria, tomando casi completa posesión, a pesar de esto había un momento que ella no podía hacer sus actos de presencia, y eran en especial con su hermana, de una u otra forma cuando esta misma hablaba sobre su madre la mayor perdía su concentración y Margarita afloraba, protectora y cariñosa para con la más pequeña de aquella relación fraternal. Aun así Nevaeh se encargaba de hacerle la vida miserable cuando podía, le utilizaba para su gusto y conveniencia. La manipulación se volvió uno de sus actos favoritos y acosar a Heaven iba de la mano, así mismo desarrollo con esta segunda personalidad una hipersexualidad.
Cuando tenía doce fue la primer vez que sintió aquellos deseos carnales recorrerla de tal forma que tuvo que encargarse de ellos, había pasado los anteriores años de su vida viendo como aquel hombre que había puesto es esperma para traerla a la vida abusaba de su hermana reiteradas veces, la curiosidad siempre le carcomía, comenzó a obsesionarse con su propio cuerpo, ideando formas para sentir aquello que tanto le llamaba, no perdió el tiempo en utilizar a los hombres que frecuentaban los burdeles de su padre, los utilizaba a su gusto y gana, así trascurrió su vida, metida entre negocios dudosos y el libido desenfrenado.
Su vida consistía en acosar, tener sexo, asesinar, dañarse a sí misma, meterse en carreras clandestinas, en tiroteos con policías y diversidad de delitos, de menor a mayor grado, incuso agravados. Disfrutaba de la vida, por lo menos la personalidad más fuerte lo hacía. Hasta que llego el día después a la desaparición de Heaven, ambas jóvenes de ya veinte años, con caracteres marcados, todos hubiera esperado que la mayor fuera la de aquella rebeldía pero no, de un día para el otro dejo de verla, su sonrisa, su peculiar alegría ya no reinaba por los pasillos, pregunto por ella sin obtener resultados precisos, nadie sabía que había pasado, pero estaba segura que aquel hombre, el que encabezaba la lista de los peces gordos, su padre, tenía la información que requería.
Unos días después de indagar profundamente la ya casi declarada muerte de su hermana, decidió que era momento de actuar, el luto había sido dirigido por Margarita, los sentimientos eran tan fuertes que su otra personalidad no podía tomar el control, no por mucho, las barreras de su mente se deterioraron, algunos recuerdos que lo que la contraparte maligna hacia vinieron a ella, el rencor y la ira le inundo, fue en busca de su progenitor, la discusión no tardo en tornarse abrumadoramente fuerte, por primera vez en un tiempo el varón la golpeó, fue una cachetada, lo que no sabía es que ese acto despertaría al propio diablo en la tierra quien le daría un último escarmiento, Nevaeh salió y está no dudo en drogarlo, atarlo y amordazarlo en aquel mismo cuarto donde había empezado a inculcarle los métodos que ahora ella usaría con el, con la misma daga en sus finas manos, el esmaltar de sus uñas, rojo como la sangre a derramar, la tortura duró horas, como aquella víctima de antaño le removió los párpados, dio tajos calculados en lugares donde no sería mortal, la anatomía humana la conocía al derecho y al revés, por años había aprendido como infligir ese nivel de dolor, utilizando aquel arma blanca, desgarro la piel de las extremidades impropias, exhibiendo los músculos y ligamentos, cortando los más importantes, aquello que le impedirían moverse, batallo un poco, pero lo consiguió, pudo ver como las lagrimas salían de los ojos de aquel hombre, no le importo en lo absoluto, no había un lazo afectivo que les uniera por mucho que compartieran ADN y asuntos laborales . La sangre no se hizo esperar, quería una muerte dolorosa, quizás por eso mismo le inyecto un cóctel de drogas, suficientes como para matarlo en cuestión de horas, sabía exactamente qué hacer y cómo hacerlo, así mismo dejo clavada aquella daga justo en uno de sus muslos, donde los nombres de aquellas hermanas resaltaban, quería que viera eso al morir, que pensara en ellas.
Una vez alejada de aquella escena cerciorada de que nadie encontraría aquel cuerpo, premedito sus siguientes pasos, el lobo mayor estaba muerto y sabía que a pesar de la influencia que tenía en la mafia no podría hacer nada, se la comerían viva. . . quizás por ello antes de ser asesinada prefería la muerte, pero si iba a hacerlo sería la mejor de todas. Uso a dos hombres, los más dotados que había encontrado por el camino, los llevo a su cuarto, solo bastaron minutos para que la joven se hallara drogada, entre aquellos dos, bebiendo y fumando, dándose aquel ultimo gusto. Había consumido lo suficiente como para vivir aquel momento. Entre estocadas y vaivenes, alaridos placenteros y demás, la joven yacio muerta en aquel ultimo éxtasis, entre las sustancias excesivas en su cuerpo, la arritmia, la falta de aire al ser sometida y apastada por ambos jóvenes que allí se encontraban, entre otras cosas bastaron tan solo segundos para que su corazón se parara. Lo próximo que recordó fue estar en Wishville y poseer dos alas negras como su alma. Tanto Margarita como Nevaeh eran un sinner, uno de lujuria por ese último acto que cometieron.
xPersonalidades:
Margarita: Tierna, amable y amorosa con su hermana, ya que fue la persona a la que más quería después que su madre, compasiva, se podría decir que es el lado bueno. Curiosa, siempre se la pasa explorando como si un tesoro fuese a encontrar.
Nevaeh: Una zorra en todo su esplendor, no tiene compasión alguna, se podría decir que es todo lo opuesto a Heaven, para acortar todo. Y pues, tiene celos hacia cualquiera que le hable a su hermana o se la lleve.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 20 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 04/08/2018

Nombre: Zev (OCUPADO)
Avatar: Remington Leith
Enfermedad Psicológica: Trastorno de Bipolaridad Tipo II
Historia: El 19 de noviembre en un pequeño pueblo a el exterior de Nueva Zelanda, nació un sano bebé, con todas sus extremidades, que llegó al mundo a entregar la mayor felicidad a su madre.
Creció en una casa pequeña de la zona, su madre le ensañaba mucho complementando a la escuela, lo hacía leer de vez en cuando, de libros de literatura a libros de famosos historiadores. Y todo fue normal durante su infancia, hasta los 13 años, al comenzar su adolescencia no solo se desató su curiosidad, sino que también se dio rienda suelta a todas sus emociones, al conocer el severo problema de su madre con el alcohol, como su padre despreció a su familia y su abuela fue asesinada por una bala de un policía, acumulando problemas logró abrir la puerta al mismísimo infierno en vida.
Paulatinamente comenzó a tener problemas con las personas de su alrededor, odiaba a cualquiera que le llevara la contraria, pero luego de dos días lloraba continuamente arrepentido de haber sentido aquello contra alguien cercano, sin embargo al pasar los días, al despertar podía ir sin problema a hablar con toda naturalidad con el individuo. Esta actitud no pasó desapercibida ante los ojos de su madre, por lo que sin perder el tiempo, lo llevó a visitar un psicólogo de confianza.
Fueron meses de consultas, en donde Zev se permitió mostrar toda la montaña rusa de emociones que vivía en su día a día, semanas con episodios hipomaníaticos, luego varios días con episodios depresivos, aunque todos ellos eran desagradables para su círculo cercano, todos sabían que nada se comparaba con los episodios de ira, eran días encerrado en su habitación donde se escuchaban estruendos, las paredes quedaban cubiertas por agujeros en incluso con sangre, gritos desgarradores junto con maldiciones y autolesiones.
Parecía irreal hasta que su madre recibió el papel que atestiguaba que su hijo era una persona diagnosticada con bipolaridad tipo 2.
Durante el resto de su adolescencia vivió a base de medicamentos cada vez más inútiles hasta simplemente llegar a su limite, si se estira demasiado el elástico terminara por cortarse y aquello fue que llevo a Zev a perder a cordura y dejarse llevar por la ira, dejando las consecuencias en su madre, para luego simplemente sentarse a mirar el bello rostro de aquella persona quien le dio la vida viajando lejos a un lugar en donde el no iba a ser distinto, sino que podría disfrutar de su mente retorcida sin trabas y nada lo hizo más feliz que llegar a Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Ira
Edad: 18 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 19/10/2019

Nombre: Bridget De la Rosa (OCUPADA)
@Bridget21WV
Avatar: Sonia Ben Ammar
Enfermedad Psicológica: Bipolaridad e Hipersexualidad
Historia: Me llamo Bridget de la Rosa, soy una chica aparentemente normal pero tengo varios defectos como es la ninfomania que empezó a mis diecisiete años y mi bipolaridad que empezó a mis dieciocho.
Actualmente tengo veinte, sigo mi vida normal con visitas a mi psicologa pero mi rebeldía, mi curiosidad, y querer aventuras en mi vida hace que mis pastillas recetadas acaben en el fondo del váter.
El día de mi cumpleaños me fije en un chico moreno lleno de tatuajes y muy guapo, acabe en su cama y fue lo último que puede hacer durante el día, después de aquello todo se volvió negro y al despertar estaba en una ciudad desconocida para mi, Sondaars ciudad de Wishville.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 21 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 18/10/2018

Nombre: Even Schwarz (OCUPADO)
@xEvenx_WV
Avatar: Andy Biersack
Enfermedad Psicológica: Hipersexualidad y Síndrome de Stendhal
Historia: Explosivo, egocentrista y limítrofe, sobe todo lo último. Toda la humildad que tenía su familia la faltaba a Even el mayor de los Schwarz quien tenía en sus manos el destino del largo legado de sus padres notarios por ser el único varón.
Even Schwarz nació un 25 de septiembre en el seno de una familia bohemia y servicial a las afueras de Alemania junto a 3 hermanas más de las que tenía que cuidar a cambio de que sus padres trabajaran sin preocupaciones, lo que hizo que a los quince años se sintiera como todo un padre de familia pero con la efusividad de un chaval de dieciocho.
Tanto tiempo con las menores hizo que entre ellos, concretamente con la más mayor se estrechara una relación más controladora cayendo en el perfecto perfil de un ‘’novio’’ toxico y por ello llevándose siempre por su inmadura y poco cordial conducta Even comenzó a traer chicas a su casa, cosa que hizo que su hermana por mera venganza contara a sus padres lo que el joven se dedicaba a hacer en su ausencia.
Desterrado de su casa inundándose en la oscura y en penumbra vida callejera comenzó a buscarse la vida como hombre de compañía y robando hasta conseguir el dinero suficiente para conseguir costearse una carrera como notario y así poder devolverle el golpe a sus padres demostrando su valía. Pero para nada le sirvió puesto que el tiempo lo gastaba en llevarse gente a su cama. Tal era la desesperación que a veces fingía estar mal para lograr dar pena y así engatusar a quien sea sin importar su sexo.
Todo iba bien mientras su lujuria pudiera ser complacida.
Un día de fiesta volviendo con la gente de la universidad decidió hacer una carrera en el descampado mientras estaban drogados. La carrera sorprendentemente la ganó a diferencia de su vida.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 24 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 23/12/2017

Nombre: Marion Sallow (LIBRE)
Avatar: Alexis Ren
Enfermedad Psicológica: Trastorno Dismórfico corporal
Historia: Para la mayor de las Sallow la vida siempre fue bastante agradable, de niña al menos.
Marion no recordaba cuando había comenzado aquel afán por la comida. Para ella no había mayor placer que el llevarse un dulce a la boca, o sentarse a la mesa a comer junto a su familia. Su madre, al ver aquella situación, y para evitar que su hija acabase rodando por el suelo para desplazarse le inculcó los mejores hábitos alimenticios que pudo enseñarle.
Poco a poco, y con mucha paciencia, Marion fue sustituyendo los dulces que tanto le gustaban por frutas, y dejando de lado la comida que tanto daño le hacía, todo gracias a su buena madre.
Así transcurrieron sus primeros trece años de vida. Todo cambió cuando llegó la adolescencia.
Al llegar a dicha edad Marion se fue dando cuenta de una cosa: Sus hermanas tenían cuerpos bonitos, perfectos, pero ella al mirarse al espejo no veía más que un saco de huesos delgados. Eran trillizas, ¿no deberían ser iguales en todo? Aquello le preocupaba, y con el paso de los años se volvió una obsesión. En innumerables ocasiones les preguntó a sus hermanas si le notaban algún cambio, y estas respondían que no había subido una onza, pero que tampoco lo necesitaba. La balanza se ponía de parte de sus hermanas también, pero ella estaba segura de que algo fallaba allí. Algo o alguien estaba conspirando en su contra. Y mientras se esforzaba por engordar, fue alejándose poco a poco de los hábitos alimenticios que su madre tan pacientemente le había enseñado. Para ella no había vuelta atrás, siempre se vería como una persona en extremo delgada ya que tenía una enfermedad llamada Trastorno Dismórfico Corporal.
Los años fueron pasando, y la adolescente aprendió poco a poco a vivir con aquel defecto ilusorio, pero nuevamente el destino le tenía guardada una sorpresa.
Al entrar en la universidad tenía un propósito: Convertirse en chef y abrir su propio restaurante, y así fue, al menos el primer año.
Al llegar el segundo curso la chica conoció a alguien. Se trataba de una muchacha un tanto rara. Vestía completamente de negro, y usaba abundante maquillaje del mismo color. Sus hermanas le hacían llegar rumores un tanto perturbadores: Que si frecuentaba cementerios de noche, que si estaba en una secta, y cosas similares. A Marion todo aquello le importaba bastante poco. Se hizo amiga suya inmediatamente, ya que su compañera de clases le llamaba profundamente la atención, y no tardó en entablar una relación amorosa con la chica.
Tres meses después de iniciada aquella relación tuvo lugar el suceso que definiría su existencia para siempre.
Durante una cena íntima, su novia le sirvió un extraño filete, pidiéndole que lo probase. Marion obedece, ya que siempre le gustaba experimentar nuevos sabores. Lo que sintió en cuanto la carne tocó la punta de su lengua fue algo indescriptible, una explosión de sabor tal que su cuerpo se estremeció de los pies a la cabeza. La chica traga, y le pregunta a su novia que clase de carne es aquella, a lo que ella responde que se trataba de carne humana…
Al principio pensó que estaba de broma, pero la chica gótica se mantenía firme en su posición.
Marion salió corriendo de aquel lugar inmediatamente. De repente aquella muchacha le daba bastante miedo. ¿Por qué motivo no les había hecho caso a sus hermanas?
Aquel fue el fin de aquella corta relación, pero el recuerdo permaneció grabado a fuego en la mente de Marion. Con frecuencia tenía sueños donde volvía a probar el exquisito trozo de carne humana, y la culpabilidad y el miedo se apoderaban de ella.
Antes de iniciar aquel viaje junto a sus hermanas se había dicho a si misma que necesitaba conocer gente nueva, y con algo de suerte olvidarse de su ex loca. Madeline discutía con el idiota de su ex, y ella se preguntaba por qué no colgaba el teléfono y mandaba a la mierda a aquel idiota pasivo. La chica se agachó para tomar la botella que tenía a los pies deseando darle un trago, ignorando así al coche que venía de frente. Todo sucedió bastante rápido. Un dolor muy intenso, y luego nada.
Especie: Sinner
Pecado: Gula
Edad: 23 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 15/10/2019

Nombre: Madeline Sallow (OCUPADA)
Avatar: Alexis Ren
Enfermedad Psicológica: Psicopatía
Historia: Madeline era una de las trillizas del matrimonio Sallow, al igual que sus hermanas siempre fue un poco diferente a los niños de su edad.
Era muy apegada a ellas y creían tener una conexión especial que les daba la capacidad de sentir lo que las otras, pero.. en el caso de Madeline ese era el problema, solo que en otra área.
El incidente ocurrió cuando tenía seis años y estaban jugando con los patines que sus padres les habían obsequiado para navidades. La chica tomó una ladera con demasiada velocidad y terminó cayendo y rompiendo una de sus piernas. Cuando sus padres dieron con ella sorprendentemente esta no estaba nada afectada, de hecho tocaba con curiosidad el hueso quebrado que se asomaba desde su herida (Guarda una cicatriz). Los padres decidieron llevarla para que la examinaran con pruebas de reflejos y demás, y luego de ello la diagnosticaron con un trastorno denominado Insensibilidad congénita al dolor. Sus padres de inmediato relacionaron esto con algo similar que padecía su abuela, por lo que Madeline había heredado esto de sus familiares anteriores.
Al parecer sus hermanas no tenían este problema, por lo que cada que caían o se lastimaban ella sentía curiosidad por las emociones y sensaciones que el dolor despertaba en ellas. Tanto era su afán por saber y sentir que muchas veces en la soledad de su habitación se pinchaba con alfileres para tratar de comprobar el dolor, pero nada ocurría, ni el calor podía hacerla sentir algo.
Madeline creció bastante acomplejada por eso, ignorando muchas situaciones donde su sensibilidad fuese puesta a prueba para no tener que dar explicaciones. Aunque sus hermanas y ellas gozaban de buena popularidad en la universidad, Madeline mantenía un perfil bajo y casi siempre se sentaba sola en clases ya que sus hermanas habían decidido tomar carreras diferentes. Se veían solo en las noches para cenar o salir a compartir.
Ellas solían intercambiarse todo el tiempo para asistir a distintos eventos en los que una no pudiera o quisiera ir, por tanto tenían casi una asistencia perfecta en todas las asignaturas. Eran expertas en actuar como la otra por lo que casi nunca se notaban diferencias en ellas.
Madeline se fue por la psicología, ávida de saber un poco más del comportamiento humano. En tiempos libres se dedicaba a acrecentar sus más culpables placeres. La chica se inscribió en varios cursos que alimentaran su morbo por el dolor, como la acupuntura, el bondage y el pole dance, todo con la intención de poner en práctica su aprendizaje en las relaciones que iniciaba, aunque estas terminaban con rapidez y casi siempre por la misma razón; los gustos sexuales de la fémina, aunque para ella estuvieran justificados, solo quería saber que se sentía el dolor, y a través de la experiencia de los demás se hacía una idea, como si viviera un efecto Mandela.
Luego de toda una temporada de estudios las hermanas estaban cansadas de no verse casi por lo que planean un viaje secreto juntas para el verano donde irían a divertirse como nunca, todas empacan lo necesario. Madeline iba en la parte posterior de la camioneta mientras que sus hermanas iban delante, Mackenzie dormía plácidamente y Marion iba al volante alternando su concentración entre la botella que sostenía en la otra mano y el camino. Por su parte Madeline tenía una discusión con su ex por teléfono, así ninguna vio ese auto que apareció de la nada y mandó a volar el vehículo haciendo que cayera por una ladera.
Especie: Sinner
Pecado: Lujuria
Edad: 23 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 15/10/2019

Nombre: Mackenzie Sallow (OCUPADA)
@LazinessSisWv
Avatar: Alexis Ren
Enfermedad Psicológica: Entomofobia
Historia: Mackenzie siempre fue curiosa, siendo la menor, desde que tuvo razón y memoria aprendía todo lo que podía de sus hermanas quienes eran más independientes y nada tímidas. Las trillizas en si disfrutaron de una hermosa infancia, juntas se divertían y compartían casi todo. Entre ellas existía un orden que mayormente era importante para ella, era la menor y le tocaba ser la última o la protegida en algunos casos. No había quejas al respecto, pero le influenció a ser pensativa y comprender, ella era la primera cómplice de todas las travesuras que pudieran hacer, pero adoraba ser una "buena hermana menor" y siempre era recompensada por ello, con algún gesto importante.
Ser pensativa le invita a ser capaz de ocultar cosas a sus padres si sus hermanas se lo pedían, si era importante para ellas también lo seria para Mackenzie, no había personas más importantes en su vida. A pesar de lo tranquila que era, siempre estaba al pendiente de asegurarse de que sus mayores estuvieran bien, muy amorosa en su manera de ser con ellas y lentamente un sentido de cuidarlas fue naciendo en su niñez. Las trillizas eran populares por el hecho de ser tres, fácilmente hacían amigos llenos de emoción buscándole diferencias, y algunas veces compartían juego con niños vecinos. Se entendían muy bien y disfrutaban lucir esa cualidad junto a su gran parecido.
Un pequeño incidente desafortunado cambió la forma de ver las cosas de Mackenzie. Fue cuando uno de los niños que jugaba con las hermanas en los patios fue picado por un insecto venenoso (una viuda negra) jugando a las escondidas, que por la naturaleza del juego, el niño no fue alcanzado por la atención médica antes de encontrarle en coma, lamentablete no tuvo un buen final un inocente juego. Mackenzie no se sintió culpable, sino que, al conocer la causa de muerte, comenzó a temer por sus hermanas.
Desde ese día la menor sugería otros sitios para jugar, revisaba las camas antes de dormir, la ropa, el calzado, lentamente se obsesionaba con la presencia de algún bicho venenoso. Pero a medida que su obsesión fue creciendo, más aun lo hacia el miedo por estos. Así la pequeña Mackenzie, abandonaba su timidez, era necesario decir "no quiero", "no puedo". Ahora podía exigir cosas y si estaba en sus manos, controlaría la situación, todo justificado por lo que se había convertido en una entomofobia.
Años después, el lema de ella era: "Mientras más lejos de los bichos, mejor". La joven tomo una carrera relacionada a sus capacidades. Administración de empresas, fue una que comenzó con el incentivo de poder tomar decisiones por otros, algunas veces ella lo hacía con sus hermanas. Pero más que volverse autoritaria, las otras conocían su exagerado miedo a la especie animal y lo molesta que era con ello. Mackenzie no salía a hacer deporte, o iba a excursiones, evaluaba bien todo lugar antes de disponerse a hacer algo, y siempre cargaba repelente consigo.
Encontrando que la seguridad estaba dentro de un edificio o cuarto, y en las tareas sencillas, era fácil vagar con lo buena que era en sus estudios. Así sus talentos en otras áreas no pudieron ser explotados y lo único que podía destacarse era la finura mental de la joven, era lo que conservó de su anterior carácter, lo pensativa, y de tanto pensar, se relajaba con facilidad. Una manera de compensar el estrés de imaginarse la idea de que cierto insecto este escondido en algún lugar. Ella tenía una extraña personalidad, pero nunca dejó de ser amorosa y protectora con Madeline y Marion, ni siquiera el día en que dormida ni se dio cuenta que chocaba el vehículo donde iba con ellas, al menos no fue un bicho lo que las mató.
Especie: Sinner
Pecado: Pereza
Edad: 23 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 15/10/2019

Nombre: Ryan Roos (OCUPADO)
@Ryuk_WV
Apodo: Ryuk
Avatar: Abel Tesfaye
Enfermedad Psicológica: Síndrome de Amok
Historia: Hijo de un padre empresario famoso, muy conocido por las personas y su madre una excelente doctora de uno de los hospitales más grandes del condado... Su vida era muy activa y divertida ya que podría disfrutar muchas cosas, por su patrimonio que tenían sus padres; salía a la hora que quería de su casa, no le gustaba mucho quedarse en su casa ya que se mantenía sola por el trabajo y lo ocupado de la agenda de sus padres, no le gustaba que le mandarán; siempre le gustaba hacer lo que el quería ya que sus padres no lo educaron de la forma como se debía... ¿Con que tiempo? Un día festivo los padres de Ryan más conocido como "Ryuk" por su apodo en el colegio; por ser muy rebelde y libre de expresar su personalidad, no hacía los trabajos, no hacía los deberes de la casa, pero había algo que si le gustaba demasiado y era estar en riñas callejeras con sus compañeros, ya que era muy antipático y furioso y se ofendía por cualquier cosa sin saber el porqué y la circunstancia por la que estaba pasando aquella persona en ese momento.
Un día como cualquiera Ryan Roos tenía unos trabajos muy importantes ya que eran los trabajos finales del año, él le había pedido a una compañera que le hiciera el favor de hacerle el trabajo final del año ya que ella era la única estudiante responsable y comprometida con el estudio; pero pasó algo terrible.
La estudiante a la que él le había pedido el favor no le hizo el trabajo que ella le había prometido; ella sabía que era el último día de entregar el trabajo pero ella no le importó... ¿Porque? Sencillo porque ella sabía que él era un rebelde que no hacía nada, su meta era solo divertirse; así que la manera que el reaccionó fue clavándole un puñal en todo el corazón de la inocente mujer... Al frente de sus compañeros, a él no le importó, lo disfrutó y lo que hizo fue impregnar la sangre de la mujer inocente en su cuerpo, impregnó su cara, sus manos, sus ojos, sus labios, su lengua, su pecho, su cuchillo con la sangre de la mujer.
En pocas horas fue arrestado por homicidio gracias a las autoridades que llegaron a tiempo antes que el escapara; la mujer oficialmente falleció en el momento y la llevaron a la morgue donde su cuerpo iba ir a ser examinado... Ryuk fue llevado a casa de sus padres para que el mismo le explicará el porqué hizo eso y el motivo por lo cual cometió ese delito; él no les respondió nada ya que no le dio importancia al tema y solo se fue para su habitación; lo que hicieron sus padres fue castigandolo de la peor manera, no dejándolo salir de esa habitación sin nada con que divertirse; lo llevaron a un psiquiatra después de eso; antes de ir a la corte a que lo sentenciara por el homicidio cometido, el psiquiatra le pregunto ¿ Porque disfrutas matando a las personas y porque te dejas consumir salvajemente por tu ira? El respondió -"Yo soy una persona que no cree en nadie, hago lo que quiero no tengo límites, no tengo reglas, y no las tendré, tengo esta enfermedad desde que era pequeño, lo hacía con animales, y ahora con humanos ¿por qué no?"
Inmediatamente el psiquiatra halló la enfermedad y se trataba de un síndrome que se llamaba; síndrome de Amok, muy poco conocido pero muy peligroso ya que se trata de comportamientos salvajes que quiebran la memoria, la razón y principalmente el cerebro con el único objetivo de asesinar y disfrutar el asesinato de la manera más horrible que se pueda imaginar.
A pocos días de la sentencia de Ryuk salió una noticia por todo el país de que un chico de 27 años llamado Ryan Roos había asesinado a su familia con un revólver calibre 50 en la sala de su casa; y que el hombre estaba suelto por la región, que tuvieran mucho cuidado ya que tenía el síndrome de Amok; las personas se asustaron demasiado y no querían salir de sus casas por lo sucedido con el chico.
Ryuk estaba rodeado de unos cadáveres que el acababa de asesinar por culpa de su enfermedad, mientras acariciaba su cuchillo con su lengua y sus manos ensangrentadas, Ryuk estaba disfrutando tanto la masacre que él había cometido que su mente se quebró con ira y un portal apareció frente a el.
Un aro que brillaba sin cesar, su curiosidad fue tal que Ryuk siguió aquel brillo incandescente llevándolo a una vida... real.
Especie: Sinner
Pecado: Ira
Edad: 27 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 22/06/2016